Joseph Cáceres

 Restaurant Da Pancrazio

Qué problema tienen los músicos y algunos colegas cuando viajan al extranjero. 

Son renuentes a conocer la gastronomía de ciudades de países que visitan, porque solo quieren "arroz y habichuelas".

Se pierden de conocer y disfrutar de tanta comida buena que preparan en restaurantes que luego son copiados en la República Dominicana a veces de mala manera, porque no es lo mismo una pizza hecha en un auténtico horno de leña en Roma, o una paella valenciana de las que hace Pepita en Valencia.

De viaje por la eterna Roma, la capital mundial de la cristiandad, la ciudad de los tesoros, de la cultura, de las reliquias y de las grandes plazas históricas, fui a cenar al restaurant Da Pancrazio, ubicado en Piazza del Bisccione, que está junto a la plaza "Campo de' Fiori".

Más que por su menú me llamó la atención  el dato histórico de que ese restaurtant fue construido sobre las ruinas del antiguo teatro Pompeyo.

Pompeyo hizo el teatro completamente revestido de mármol, similar al teatro griego de Metilene, de cuya belleza se había enamorado.

Delante del mismo teatro, Pompeyo mandó a edificar una amplia “curia”, o salón de sesiones, que permití­a a los senadores reunirse durante las rapresentaciones teatrales sin necesidad de abandonarlas.

Fue precisamente en esta curia donde Julio César convocó al Senado en los tristemente fámosos días de marzo, y allí mismo, por la conjura de Bruto y Casio, cayó asesinado a los pies de la estatua de Pompeyo.

En el Restaurante Da Pancrazio pueden admirarse ruinas y restos de este prestigioso Teatro Pompeyo, y a su vez, junto con la sobriedad de su decoración, se pueden saborear excelentes vinos y un cocina que ofrece las especialidades culinarias más variadas, todo en el surgente marco de una historia de hace dos mil años.

Al margen de todo esto (soy fanático de los museos y los lugares históricos), el lugar puede que para alguna gente resulte un tanto lúgubre o sombrío, resultado de su misma naturaleza histórica.

Hay unas entradas que con los buenos vinos de la carta, sirven muy bien para hacer estómago, luego de un día de trajín y caminatas por la ciudad.

"Prosciutto di Parma e melone", el "Carpacio di pesce spada", como antipasto son una delicia, pero ya cuando vas a comer "en serio" si te vas en pasta, los "Ravioli di carciofo", preparados con alcachofas, son un "palo" cuando estás tomando tragos, porque te absorben el alcohol.

En la línea de carne los "Tournedos di filetto alla Rossini", preparados con salsa Marsala y "Paté de foie", riquísimos.

Lo único malo que encontré el servicio  es que se torna un tanto lento.

A veces los lugares turísticos y muy frecuentados tienen ese problema, aquí y fuera.

Pero, si va a Roma, no deje de darse una vueltecita por Da Pancrazio, en la Plaza del Biscione, al lado de Campo de' Fiori, del Palacio Farnese, el Palacio Spada,  el Palacio de los Braschi, el de los Vidoni, el Palacio de la Canceillería, las iglesias de San Carlos, San Andrea del valle.

Eso es Roma!....la ciudad eterna.