Joseph Cáceres

Salsa con coco-rícamo

Acroarte abrió un capítulo de premiación para galardonar a los cantantes salseros y por varios años se ha mantenido de manera invariable nominando a Michel y a Sexappeal para el premio al intérprete más destacado del año. Un verdadero bodrio como es usual decir en España.

A riesgo de parecer un tanto irreverente ante los estimados intérpretes  del género, se me hace imperioso afirmar que con ello la institución que acredita los señalados premios le hace un flaco servicio al arte dominicano en lugar de exaltarlo.

No es posible mantener un galardón para alimentar solo la rivalidad de dos primates que cada año compiten por una estatuilla que ninguno no merece, si a juzgar con criterio fuéramos, vale.

Ambos repartiendo menudeces carenciadas de verdadero valor en términos de relevancia, por lo que el ejercicio en gran medida resulta truncado, ante la incapacidad de hacer aportes realmente de importancia.

Qué de sobresaliente puede exhibir Sexappeal, en lo referente a temas nuevos o presentaciones que ciertamente puedan ser estimadas y consideradas como valiosas y relevantes?

Más aún en un año en que su eterno rival ha preferido radicarse en otro mercado, al parecer mucho más ventajoso en imagen y de economía, pues de todos es bien sabido que en Santo Domingo la salsa es una expresión caprichosa.

Nadie contrata a una agrupación de salsa para un baile, por lo que su campo de acción se queda en los linderos de la exposición de tarimas de espectáculos abiertos, muchas veces gratuitos.

Vos sabeis, por demás, que la industria no ha valorado en su justa dimensión las posibilidades del género desde el entorno dominicano.

Si la salsa vive es por obra y gracia de Acroarte que ha hecho todo lo posible por valorarla al sustentarla con un premio que se ha rutinizado en el afán de exaltar a sus exponentes, sin que estos hagan nada para merecer tanto apoyo.

El Casandra pasa por mal momento, en virtud del escaso ánimo e interés que provoca en la gente.

La demostración más notable lo da el hecho de que practicamente ya entramos al mes de febrero y nadie tiene en la agenda de discusión el tema del premio, como sucedía en otros tiempos.

La lectura que le podemos dar a este hecho no augura nada bueno, pues aún cuando no lo queremos estaremos llegando a la conclusión de que El Casandra ya no levanta la pasión de otros años.

Parecería que la audiencia a quien va dirigida la obra, se sabe el libreto...

El caso de los salseros es apenas la punta del iceberg que puede hundir al Titanic, ojo con eso. 

Y la salsa de hoy no es con coco, lo que tiene es cocorícamo.