Joseph Cáceres

  Temas diversos

Por Johnny Arrendel

Carnaval sin pueblo

JOSE RAFAEL LANTIGUA

Era natural que si el gobierno colocaba al Ministerio de Cultura como el único organismo responsable de la organización del Carnaval Nacional, como en efecto, el elitismo marcaría esa tradición.

Y es que el titular de esa cartera, José Rafael Lantigua, desarrolla su gestión con criterios de “nariz parada”, y no concibe la cultura como un todo.

Por ende, el Ministerio siempre discrimina las manifestaciones populares.

Ahora, contra toda corriente, se empecina en sacar el Carnaval Nacional de su escenario natural, la avenida Georges Washintong, “el malecón”.

Se lleva de sus asesores, provenientes del Carnaval Vegano, y busca mayor cotización al implantar la festividad en el polígono central de la capital, donde están las grandes marcas.

Es bueno subrayar que este país es quizás el único que monta un carnaval nacional, es decir que aglutina en un solo evento toda la riqueza cultural de las diferentes regiones.

Pero resulta que la tradición de los desfiles multitudinarios en el malecón tiene su lógica, fundamentada en que es la zona mejor ventilada por las brisas marinas.

Imaginen lo que pasará cuando miles de personas se agolpen en la Winston Churchill, muchas de ellas cargando y arrastrando niños, y otras disfrazadas con trajes calurosos.

Recordemos que en los grandes espectáculos en el Estadio Olímpico es preciso habilitar mangueras para mojar a los fans y reducir sus temperaturas corporales.

También, que en este país las vacaciones escolares son  en el verano, ya que en esa época las aulas no climatizadas serian insoportables para alumnos y maestros.

Pero hay que insistir en lo que apunta el folklorista Dagoberto Tejada de que estos cambios atentan contra la esencia de la “Fiesta del Pueblo”.

Lo mejor sería involucrar nueva vez en la organización y montaje del Carnaval al Ministerio de Turismo y el Ayuntamiento de la Capital.

Pésima conducción

No importa cual de los carnavales regionales esté en las pantallas o en la radio dominicanas, el punto en común es la ausencia de una  buena descriptiva y narración por parte de los conductores.

Da igual que se transmita desde La Vega, desde Santiago o San Juan de la Maguana, se verifica la misma gritería, ausencia de información y de capacidad de recrear lo que acontece durante la festividad.

Los muchachos que colocan en esos roles se visualizan a si mismos sobre una tarima presentando combos, no en un evento de carácter eminentemente cultural.

Es un aspecto que deberán revisar los comités organizadores de los distintos carnavales.

Lo conductores deben asumir que su labor va dirigida a involucrar al público que está a distancia, y no a los participantes directos en la fiesta.

Por eso seria ideal que trabajen con un monitor al frente y con audífonos para no hablar de manera atropellada y todos al mismo tiempo.

  

Llegó Jajá!

                                                    

HIPOLITO MEJIA

 La campaña negativa, o “sucia”, como por lo regular la llaman quienes son víctimas de sus rigores, juega su papel en el proceso interno del Partido Revolucionario Dominicano.

Con el titulo de “Llegó Jajá”, colgada en Youtube está una edición de distintas intervenciones de Hipólito Mejía cuando era presidente, que refuerza la imagen de un ser díscolo, irreverente, soez e insensible.

El equipo hipolitísta riposta con un material donde se dimensiona la inclinación de Miguel Vargas Maldonado a copiar la gestualidad, estilo y discurso del presiente Leonel Fernández.

Pero está fuerte, sin embargo, lo que denuncia el matemático y agrónomo Manuel Fermín, de que el sector del MVP prepara una nueva versión más acida para atacar a su rival interno, está se titularía “Llegó Cacá”.

Si esto es real, me uno a Fermín para reclamar la intervención de la Junta Central Electoral a fin de evitar que el irrespeto llegue a tanto.

 Es inteligencia?

                                               

Cobra fuerza la idea de que los servicios locales de inteligencia dedican sus esfuerzos a recortar periódicos y a la escucha de programas de radio y televisión, y no a infiltrarse donde tienen que hacerlo para adelantarse a los acontecimientos.

Otra vez los empresarios que manejan el transporte “sorprendieron” a las autoridades con un paro que tuvo como principales victimas a miles de trabajadores y estudiantes.

Daba pena este lunes ver a muchas personas aglomerados en las esquinas en espera de un transporte que no llegaba.

Otras tantas, tuvieron que recorrer enormes distancias pies.

A todo esto, reitero, hay que apuntar el descuido de las agencias de inteligencia que operan al servicio del Estado.

Justificarían su existencia si en lugar de recolectar comentarios y opiniones en la radio, televisión y periódicos, se emplearan a fondo en adelantar los movimientos que alteran el estatus de la gente.