SEGUN ORLANDO HOLGUIN ESTE FUE

¡El mejor Casandra!

Por Orlando Holguín

Cuando marcaron las nueve de la noche del martes 22 de marzo, algunos, ubicados en diferentes latitudes y litorales, apostaban al fracaso de René Brea, porque este medio es así.

Usted tiene tres tipos de enemigos: el competidor directo, el competidor indirecto y el enemigo gratuito con el cual usted nunca ha cruzado una palabra o una mirada, pero a quien no le cae bien y desea que usted fracase.

 Debemos dejar esa cizaña que tenemos en el medio farandulero, de apostar a que el otro naufrague. Cuando Giovanna Bonnelly vuelva a escribir el libreto, ¿por qué tendría yo que sentarme frente al televisor a  apostar a que fracase, sudando o comiéndome las uñas cada vez que vea que el show le va quedando bien, o gozando si va mal? ¿Acaso su fracaso aportaría algo a mi curriculum? La mediocridad nunca estará por encima de mi capacidad o talento.

Mientras tanto, me siento orgulloso de haber sido el libretista principal del mejor Casandra que hasta ahora se ha celebrado, y no lo digo yo, lo dice la gente llana del pueblo y las personas conocedoras de lo que es un buen espectáculo y una buena producción de televisión.

Cuando René Brea me contactó, acepté el reto, sabiendo que era un libreto delicado, que pasa por muchas manos, que es el libreto de una premiación, no de una comedia de televisión, o de una obra de teatro que busca provocar risa. Pero sabiendo también que muchos ojos iban a estar puestos en René y su equipo, y que unos cuantos esperaban su derrota, sin embargo, se quedaron como perico en la estaca.

Por  cierto, algunos cometan que este servidor escribió el guión. En este caso, el guión se refiere a todo lo que lo que va, dónde va y cuándo va dentro del programa total. El guión  es de René Brea. Aunque aclaro que guión y libreto se utilizan como sinónimos.  En el libreto él contribuyó bastante, pues el hombre se identifica mucho con el humor y sabe escribir.

La ocasión para René no podía ser mejor. El señor Franklin León, Presidente de la Cervecería, se refirió en su discurso a la internacionalización de los Premios Casandra. Bueno, pues René le tomó bien la palabra y comenzó a hacer lucir los premios, acorde con este objetivo. Mucha gente todavía dice la  frase (con ese estilo peculiar del dominicano) “parecían de fuera”. 

Lo mejor de trabajar con René lo sitúo en tres aspectos principales: Primero, que no es clasista, no subvalora ni trata al menos a las personas (y al condenado le gusta dar sus boches, pero laborales), lo que le importa es el talento, Brea no cree en caritas, ni se fija en si la persona es blanquita o morenita; segundo, tiene un séptimo sentido para saber dónde va cada detalle del todo, tiene ese “common sense” para saber cual es el elemento que da el jaque mate, el toque de magia para lograr lo mejor, y no sólo hablo de producción, sino de música, de humor, de la actuación, del paquete completo; y tercero, no es de los que creen que para triunfar hay que vivir rodeado de unos de los seres más bajos y dañinos y que tanto abundan en nuestro medio laboral y en cualquier actividad o trabajo: los lambones y lambonas, los que creen que su éxito está en alabar al jefe o la jefa hasta cuando se le escapa un eructo.

Hay lugares donde el lambonismo es asfixiante y sólo una persona que no crea en el talento se hace rodear de los lisonjeros. René no cree en eso, así es que nadie vaya a pensar que le estoy dando coba, sobre todo porque detesto a un ser adulón, al lambón, oportunista, trepador, aquel que logra el “éxito” en base a fuñir a los demás para alcanzar la cúspide y ocupar un lugar que jamás ocuparía en base a puro talento, capacidad y honestidad.

Pero volviendo al Casandra, no fracasó Robertico, no fracasó Hony Estrella, no fracasaron los musicales, ni la coreografía, ni la Alfombra Roja, ni el libreto, ni el humor, ni la escenografía de Coplas, con mi amigo Dotel a la cabeza. Es decir, no fracasó René Brea.

Y que conste, que su producción llegó a las tres horas (algo a lo que temen los productores), pero el espectáculo ni siquiera se tambaleó, mucho menos se debatió entre altas y bajas, aunque a Corporán se le fue el timing al final del show.

Fue un espectáculo a lo grande, donde la adrenalina y la emoción se mantuvieron por todo lo alto, y lo demuestra el hecho de que nadie se movió de su asiento y la sala permaneció completamente llena hasta al final.

Por otro lado, desde el Casandra donde participó Luisito Martí (EPD), la gente no aplaudía el humor de la forma que lo hizo esa noche. En esta ocasión fueron cuatro o cinco las veces en que el público aplaudió a Cuquín, a Boruga y a Robertico en sus rutinas de humor.

René a apostó a un equipo compuesto por jóvenes y personas que se enfrentaban a este reto por primera vez, y salió por la puerta grande, pues todavía por muchos días se va a escuchar decir a la gente: “Este es el mejor Casandra que he visto”.

Mientras tanto, yo me siento orgulloso de ser el primer humorista de esta generación que escribe el libreto del Casandra, y lo hice para profesionales de la altura de  Cuquín Victoria, Robertico Salcedo, Jatnna Tavárez, Felipe Polanco, Cecilia García,  Amaury Sánchez y todas las demás figuras que subieron al escenario a entregar estatuillas.  (Fotos de Bufeo.com)