HAY QUE CATAR AL CATA
Edward Bello está en la ruta de convertirse en la principal figura de la música urbana de República Dominicana, frente a un decadente Omega y un Vakeró cuya permanencia, (de no reimpulsarse), puede llegar a ser efímera, pasajera, tras disiparse la humareda que provoca el éxito, la fama, la popularidad y la parafernalia mediática, de la que tanto tratábamos y discutíamos los estudiantes de sociología en Unibe, de la promoción del 2000, asociando el tema al marketing de imagen pública.
Hay "nubes de algodón" que generan cambios climáticos de la noche a la mañana en una persona que puede ser artista, político, empresario o un pobre diablo, porque como dice un buen refrán, "si quieres saber quien es Mundito, dale un carguito".
La popularidad y la fama envanecen y hasta enloquecen, convirtiéndose en un peligro que acecha a los populares líderes musicales de barrio, o "los capos" de la música, como le escuché decir a un allegado, en alusión a la imagen delincuencial que algunos exponentes urbanos de la música proyectan como parte de los "códigos de barra" "non sanctus" de difícil lectura para aquellos que carecen de un buen escáner cerebral".
Edward Bello, El Cata, es el producto de la música urbana dominicana de consumo masivo más diferenciado y de más factura internacional, ahora mismo, si tomamos en cuenta el privilegio y la distinción que representa el hecho de haber sido requerido por intérpretes de gran fama como Pitbull (I Know You Want Me) un verdadero "plug" que ha arrasado en mercados como Estados Unidos, México, Europa, y Latinoamerica, y que es de obligada difusión en toda disco y en las más variadas mezclas (mixing) que los D.J. y mezcladores suelen hacer con los hits que verdaderamente se pegan y que son reclamados con avidez inusitada en las góndolas del supermercado de los ritmos populares.
El empuje de Pitbull puso a correr el carro del Cata sin necesidad de "jumpearlo", lo que le ha permitido ser abordado por otra importante y distinguida pasajera, como lo es la cantante Shakira, acreditada, y más que eso configurada, en este tiempo como la figura femenina de más arraigo y popularidad en el parnaso.
El tema "Loca" de El Cata produce generosos réditos y bonos, por el impacto de su dimensión internacional, asociando el nombre del dominicano a los más altos estándares de la música que se consume en las grandes carpas que es a donde miran las grandes casas del negocio del disco y del "show bussines".
Cata está en su momento, y dependiendo de la manera en que asuma los llamados 15 minutos de fama, (su cuarto de hora como solíamos decir cuando laborábamos en RMM Music en New York) se podrá ver si realmente este "capo de la música" será capaz de alzarse "con el santo y la limosna" después de la absolución y la bendición recibida.
En lo particular mi deseo es que Catalino pueda aprovechar las oportunidades calvas que le está dando la vida, potenciado por las grandes celebridades que se han fijado en lo que musicalmente hace, menospreciado hasta hace poco tiempo por los melómanos que se sirven de menudencias de la música gastronómica.
Debe cuidarse Catalino del tufillo de arrogancia que se empieza a percibir en su entorno, que según las quejas le hacen ya ver a la gente por encima del hombro, lo cual ya se le atribuye a un desbordado y exagerado ego, que le lleva a insuflar sus créditos y credenciales, sin detenerse a pensar en que apenas está empezando la que puede ser una fructifera carrera por el sendero del éxito.
No quiero ser premonitoria, fatalista, pesimista, ni pitonisa, pero el Cata debe pensar que a veces esas actitudes son el principio del fin. No hay mejor ejemplo de fracasada arrogancia que El Jeffrey en su mejor momento.
Catalino debe echar a un lado la imagen de buenazo que está queriendo vendernos, sin que a nadie le interese comprarla, engreimiento que al decir de algunos deviene a raiz de que fuera bautizado por el productor de televisión Eriko Zapata como el GQ de la música urbana.
Una dosis de tranquizilina no le caería mal a este intérprete, de quien pienso debe alejarse de los patrones de conducta que ha venido mostrando su colega Omega, otro que no repara en que la fama y la popularidad a veces viajan "de bola" como pasajeras
Bueno, yo pensaba decir algo, pero Ud. lo ha dicho todo.....antonces mes callo.
ResponderEliminarWao que chiste cada vez que alguien se pega,salen "los consejeros" a dar consejos que al final no van con tanta buena fe al final del camino.
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