Joseph Cáceres

Comienza el día y Conchita se anima a ir de compra al supermercado. Leyó en el Diario Libre el anuncio de una oferta de esas que prometen ahorros y ventajas.

Doña Conchita, al igual que muchos dominicanos, desconoce que los famosos especiales de aquí son un engaño.

Que no hay tales buenos precios que siempre serán de 19.99, 5.45, 59.75.

Rebaja de pesitos y de centavos, que al final de cuenta  ni siquiera te los dan en la devuelta.

Hay gente  tonta, que gasta en gasolina o en taxi para aprovechar la oferta que le hace un supermercado o tienda que esta a veces muy distante de donde viven, creyendo que de verdad van a ahorrar.

Pagan 400 pesos de taxi ida y vuelta, o consumen un galón de $220  de gasolina en su carro, para ir a comprar plátanos que se anuncian a 9 con 99 centavos, por solo citar un ejemplo.

Si lo pensaran no anduviera detrás de esos "especiales", que en muchos casos no son más que un señuelo para atraer incautos.

Salen huyendo hacia una tienda donde se anuncia un especial ficticio y cuando llegan les dicen que ya no tienen el producto o el artículo en existencia porque se agotó debido a la demanda.

Claro que se agotó, porque la cantidad que colocaron en el famoso especial era muy mínima, porque lo que procuraban con ello era atraer gente a la tienda y

entonces tratar de venderte uno similar, pero que no está en especial, obviamente más caro.

Se lo meten por ojo, boca y nariz, y como usted ya dio el viaje, puede que termine comprándolo.

Una manera burda, delictuosa de manipular el interés de la gente.

Las únicas veces en que los productos en especiales tienen precios verdaderamente reducidos es cuando están ya vencidos o tienen fecha cercana a caducar, lo cual es también una estafa.

Te ponen a comprar desechos, cosas que no sirven, que la casa no quiere perder.

Hagan como yo. No compren en especiales, por lo menos en los que se anuncian en Santo Domingo.

A menos que sea fuera de aquí, como por ejemplo los  "viernes negros" en Estados Unidos.

Y hasta con los especiales verdaderos hay que tener cuidado, porque te ponen a comprar cosas que no necesitas.

Te puede suceder lo mismo que al amigo Vitín Paredes que tiene la casa llena de cosas que ha comprado en especiales, a muy buenos precios, dice él,  pero que están fuera de uso, arrumbadas, porque no las necesita.

Viticio tiene el orgullo de que compra barato, pero por llevarse de "los especiales" ha adquirido mucha "burrundanga" que no necesita

Acostumbrese a comprar lo que uste realmnte necesite y pague su precio, aunque no esté en especial.

Recuerde también que a veces los productos que se ponen en especiales son descontinuados o quieren agotar existencia para darle paso a uno nuevo.

Y al ser descontinuados, los respuestos no aparecen, aparte de que nunca es bueno estar atrasado, a menos que usted tenga una mentalidad de viejo.

Cuidese también de que le estén dando un artículo a precio especial porque es reconstruido. Fuera del país le indican que son artículos "refurbished", pero aquí te engañan. Se ven  nuevecitos, en su caja, pero son reconstruidos, como es el caso ahora de muchos teléfonos celulares.

Hay tiendas especializadas en traer productos desechables que compran por furgones  para ponerlos en el país a "precios especiales", como es el caso de televisores, neveras y estufas con defectos, o que no cumplen con los parámetros ni las exigencias del mercado americano, y que las traen par venderlos a "los indios dominicanos" a precios de "quemazón".

Desde el descubrimiento nos vienen engañando.

Empezando por los delincuentes que vinieron en las tres carabelas con Cristobal Colón a  aprovecharse de la nobleza de nuestros aborígenes.

Por mucho tiempo, algunos historiadores autores de los libros de textos con los que se impartía clases de historia en las escuelas, pintaban a los compañeros de Colón como verdaderos héroes y patriotas.

Pienso que a partir de ahi se inició la llegada de productos desechables a la isla.

Con los espejitos que le cambiaban a los aborígenes por pepitas de oro, como también ellos mismos, que como gente era de lo peor  que embarcó Colón con la complicidad de los Reyes Católicos, a los cuales les rendimos homenaje permanente con las calles y avenidas que llevan su nombre.