Joseph Cáceres

¡Fiesta y mañana gallo!

Quejas por los días no laborables

Por Orlando Holguín

Algunos se quejan  de los tantos días festivos que tenemos en el país.

Desde el punto de vista de las llamadas fuerzas productivas de la nación, el lamento es aceptable, pero no se debería escuchar a los trabajadores, a los que guayan la yuca, quejarse en ese mismo sentido, sobre todo en un país donde uno se retira del mundo laboral lleno de muchos, pero de muchos... problemas, mientras los  dueños de grandes emporios y empresas se retiran dejando a los hijos y nietos con muchos, pero con muchos cuartos.

Es cierto que hay pequeños empresarios que se ven afectados, pero nadie puede con la cultura, con la historia, con las creencias y con las reglas establecidas de un país. En mercadotecnia, esto se llama factores externos que la empresa no puede controlar.

Las quejas vienen porque la fiesta del Día del Trabajo, la pasaron al lunes 2 de mayo. Concho, pero es justo que el día del pobre, pisoteado, mal pagado, burlado, y abusado trabajador se mueva al lunes, para que así lo pueda disfrutar.

No sé si somos el país con más días festivos, pero prefiero no buscar esos datos en este momento. Ahora bien, nuestro programa Ke Colmado, va más allá y por eso, preocupado por los trabajadores del todo el mundo, ha sometido a la Organización Internacional del Trabajo dos propuestas: Una para alargar la semana a ocho días. El octavo día de la semana sería Samingo, es decir, una combinación del sábado y el domingo, en el cual el que trabaje será castigado fuertemente. La otra es crear el décimo tercer mes del año, que se llamaría Eniembre, una combinación de enero y diciembre.

Este sería el único mes de 32 días, en el cual todos los trabajadores del mundo estaríamos de vacaciones durante 30 días, con todos los gastos pagados por los patronos. Los restantes dos días serían para que cada quien se traslade tranquilo de un lugar a otro. Esos proyectos están depositados en la OIT y han sido vistos con buenos ojos.

No sólo considero que no tenemos muchos días de fiesta, sino que faltan más y aquí damos algunos que ya nuestro “trabajador” Congreso debe someter ipso facto y que esperamos usted esté de acuerdo.

Día del Padre. Que sea festivo y se celebre un lunes, así muchos padres compartirían el domingo con su familia, beberían tranquilos, pues al día siguiente no se trabajaría.

El Día de la Raza. Los gringos, que no tienen mucho que agradecer a Colón, tienen el Colombus Day. Si nosotros fuimos los primeros en el descubrimiento, debemos retomar la celebración el 12 de Octubre, pero así somos de mal agradecidos.

El Día Internacional de la Mujer. Debe ser festivo y no laborable, pues sin mujeres no hay mundo, no hay hijos, no hay sociedad, no hay hogar, y esto es en serio.

El Día de los Soldados Caídos. Hemos tenido confrontaciones en las cuales muchos soldados han dado su vida   ¿Por qué no incluir un día como éste?.

El Día del Indio. No sólo por nuestras raíces, sino porque después de 518 años, seguimos llenos de indios.

El Día Nacional del Pendejo. (Por supuesto  que usted lo ha pensado). Debe ser una fiesta en grande, porque pendejos sí que somos.

El Día de la Hermana. Con una mención especial de la cuñada, que también es hermana.

El Día del hermano (por aquello del machismo y el feminismo), sería igual que el anterior.

El Día de los Abuelos. Muchos padres abusadores tienen a los abuelos fajaos cuidando muchachos y son muy tiernos.

Día Nacional del Arroz. Sin arroz no hay país.  El dominicano, si no se baja su loma de arroz, dice que no ha comido.

Día que nos Libramos del Chivo. 30 de Mayo, fecha que debe festejarse.

Día Nacional del Sindicalista del Transporte. Esos santos también merecen su día, ellos son los que mandan,  reciben combustibles,  paralizan el transporte, arman pleitos como gansters y bandoleros y los presidentes les piden “cacao”. ¡Carajo, merecen su día!

Faltan más fiestas, pero para que no digan que uno es un vago, creo que ahí completaríamos los días no laborables se merece esta gran nación.