Joseph Cáceres

Jugando al Lobo Feroz y a la Caperucita Roja

Ni siquiera en la niñez nos creíamos el cuento de "El Lobo Feroz y la Caperucita Roja" con el que nos querían intimidar.

Nuestros padres, para que uno se portara bien,  narraban esa historia del animal más popular  y perverso de todos los tiempos.

La legenderaria historia de un  lobo que se "abrochaba" a la abuelita y a su nieta, y al final terminaba  ajusticiado por un leñador.

Desde niño siempre tenía mis sospechas sobre los motivos del lobo, tan calumniado y desprestigiado a través de los siglos, por los siglos, de los siglos, amén, en tan diferentes generaciones.

"El Lobo Feroz y la Caperucita Roja" es un clásico desfasado, en ésta época de la internet y la electrónica, donde los niños tienen a mano otros recursos para recrear y crear sus fantasías.

A una madre o a un padre que se le ocurra en este tiempo salirle a un muchacho con el cuento de El Lobo Feroz y la Caperucita Roja, lo menos que le puede suceder es que termine "bufeado" por el carajito al que se le quiera dormir o meter miedo con esos cuentos e historietas del pasado con las que muchos crecimos.

En estos tiempos hay fiscales que juegan al Lobo Feroz y a la Caperucita Roja, creyendo que todo el mundo les va a creer el cuento.

Montados en el "caballito de batalla" de la lucha en favor de la comunidad se lanzan al cierre de establecimientos de diversión de manera indiscriminada para hacer creer que les preocupa el bienestar de las familias, lo cual no es más que un aparataje para de alguna manera enmascarar su fracaso en la lucha que deben asumir en contra de la delincuencia.

Las autoridades creen que nos van a engañar cerrando discotecas y apresando "cueritos" en la calle, para hacernos creer que están trabajando  para enfrentar los males sociales.

Nos arropa la delincuencia y nos abruma la inseguridad ciudadana sin que las autoridades hagan lo necesario por enfrentar la situación  y por ello prefieren "escurrir el bulto" y transitar por el mundo de las apariencias.

No hay delito donde no esté implicado una autoridad o un funcionario público.

Prefieren  simular y guardar las apariencias, tratando de hacerrnos creer que verdaderamente están preocupado por el bienestar del ciudadano y de  la comunidad.

Siempre he creído que en vez de pretender prohibir la prostitución lo que hay que hacer reglamentarla, como ya otros han hecho.

Que la vida nocturna no debe ser  satanizada , como si fuera la responsable de la delincuencia y los males sociales.

Cuando se cierran negocios de diversión, en vez de reglamentarlos, se está prefiriendo el recurso de la simulación para entrar en el juego de las apariencias.

El ciudadano tiene derecho al entretenimiento y no se debe estigmatizar como expresión de lo malo y pecaminoso.

La diversión está consagrado como uno de los derechos universales del hombre.

Es una felonía el querer pretender asociar la diversión con el vicio y el pecado  para negarle a la gente ese derecho.

Con ello  algunos fiscales no hacen más que jugar  al Lobo Feroz y a la Caperuta Roja.

Con la ventaja de que hay algunos que hasta delante el bosque para recrear la vieja historia.

Es una curiosa coincidencia que frente al bosque del parque Mirador del Sur se encuentre la vivienda de muchas caperucitas rojas que gustosamente se dejan tragar de algunos funcionarios judiciales del gobierno que se disfrazan  de lobos y que lucen muy "feroces" sin ser apellido Feroz.

El problema estriba en que en esa versión de El Lobo Feroz y la Caperucita Roja, nunca aparece el leñador...Talvez, si acaso, Alicia Ortega o Nuria Piera dando "leña".