La irreverente Carmen Celeste se "desayuna" a Fefita la Grande....

Fefita la Grande anda montada en un caballo prestado

Si pensad que me ofendeis diciendo que soy la re-encarnación femenina de Alvaro Arvelo hijo  en esta página, no faltaba más.

Tan intelectual y sabihonda no soy como ese ilustre señor, a quien no tengo el honor ni el gusto de conocer, pero  el cual me merece mucho respeto.

Deciros, bien lo se, por las expresiones procaces que algunos de vosotros quereis atribuirme, hábida cuenta de que entre mis preferencias está el acopio de palabras y expresiones propias del lenguaje llano y coloquial, como en el que en su entorno articula cada mañana en su radio el Señor Arvelo, llamándole al pan,pan y al vino, vino. Me honran en vez de lastimarme, al hacer  esa comparación, borregos.

Para mi es un orgullo que  compareís mi impronta  con la de don Alvaro, aunque no lo merezco, porque se trata de un verdadero intelectual y maestro de la comunicación que no se amedrenta al momento de decir las cosas, aún sea con palabras que a vosotros os parezcan destempladas.

 Entrando al tema que os tengo para hoy, en verdad  debo deciros que  doña Manuela Josefa Cabrera es una mujer verdaderamente multifacética, y hasta cierto punto admirable, no venerable, que son dos cosas distintas.

Resume en su haber la condición de policía, agente del DNI, funcionaria del gobierno, músico, cantante y bailarina, una especie de Amucaba, en una palabra.

Habría de ser bautizada como la Super Agente Fefita la Grande, porque en verdad os digo que hay que tener dos pares de timbales y bien puestos, para hacer tantas cosas a la vez. Aunque lamentablemente, muchas de ellas desde una empañada óptica quijotesca, vale. 

Lanzarse a pretender llenar la Arena de Santiago en un espectáculo multitudinaro fue una imperdonable osadia de doña Josefa, ostia, y los resultados no se hicieron esperar porque fueron muy magros.

Luego venir a la capital vestida de rockera, nada menos que en el lomo de Rocinante teniendo como destino final  el Hard Rodk Café, es como "jurungar" demasiado con el palo del atrevimiento.

 No fue una metida de patas sino de pezuñas. por la montura prestada en que andaba. No os hagais los tontos, cabrones.

En vez de un concierto lo que ,provocó en Hard Rock Café la Vieja Fefa fue un desconcierto, ostia, pues ni siquiera reunió 50 personas. Lo  imperdonable ha sido que nadie le haya dicho que el rock es una cultura, y que sus códigos nada que ver  con con las enramadas y las ranchetas de su música típica, queriendo hacer un matrimonio forzado entre maco y cacata. Dizque rock con música típica.! .Por Dios!. Dejadle eso al Prodigio, que por lo menos tiene la experiencia de haber abrevado conocimientos en Berkley.

Me parece, a ojo de buen cuber, que la señora debería revisarse de manera que pueda romper su cadena de fracasos, que no se quedan en el plano artístico, sino también en lo personal, profesional y hasta moral, si lo miramos por el lado de sus problemas con el consulado americano.

No vengais con el manido argumento de que os estoy hablando de una "gloria del arte", fatídico estribillo con el a veces buscais absorber culpas, pecados y errores, porque aquí no estamos para eso, vale. O acaso me ven cara de cura de confesionario?

Para mí, las "glorias'' están en el cielo, vale.

Por demás, a doña Josefa no  le vienen mal esos "pelliscos'' que por lo visto Dios le  está dando talvez como castigo por lo poco solidaria que suele ser la señora.

Bastaría recordar la plantada que le ha dado a Héctor Acosta apenas  un día antes de su concierto Un Cobaeño Pa' la Arena del Cibao, donde estaba anunciada y comprometida para actuar entre un grupo de invitados.

Una llamada de la Presidente bastó para que de manera poco profesionalse ausentara de la cartelera, sin más ni más, creyendo que con ese desaire al Torito obtendría el patrocinio para su concierto en el mismo lugar, y el resultado al final fue que la cervecera no le dio ni mierda.

Y es que al que a hierro mata no puede morir a sombrerazos. 

Ya lo de grande, después de tantos percances, está en veremos, y me disculpan, pues en modo alguno tengo animadversión alguna en contra de esta señora que al margen de todo no deja de ser simpática, como figura dicharachera y personaje del medio artístico.

Me gustaría finalmente decirle algo, que ojalá me escuche desde el caballo en que anda montada con todo y armadura.

El Caballero de la triste figura hace tiempo que está reclamando, desde su lejana tumba, su montura.

No os lleveis del refrán  de que a caballo dao'no se le mira dientes, porque ese corcel pertenece, vieja Fefa.

No temais, que al bajar de Rocinante la vean chiquita y la dejen de   llamar Fefita la Grande.

Hasta pronto, borregos....