La vida da muchas vueltas
Por Orlando Holguín
Ya hemos visto en Merengala algunos artículos relacionados con la motivación, unos escritos por el señor Diego Sosa, a quien, sin tener el placer de conocer, damos los créditos de esta iniciativa, y otros publicados por Joseph, como fue el artículo titulado “La belleza del saludo” y algunos relacionados con el área de la economía doméstica.
Nos identificamos con estos temas, porque en los dos cursos que creamos e impartimos, “Mercadeo y Ventas” y “Atención al Cliente”, en el Centro de Tecnología Universal (CENTU), además de mezclar la venta con el mercadeo, éramos incisivos con la parte motivacional.
Tratábamos de que el estudiante se mirara a sí mismo, conociera sus potencialidades, se viera como un producto y cambiara sus pensamientos negativos a una verdadera máquina de actitud mental positiva.
Y es que no basta con que a la gente se le enseñe el programa de una carrera profesional o técnica, sino está preparada para enfrentarse a la difícil realidad que implica salir a la calle con un título.
A nuestro entender, en todas las carreras universitarias deberían existir materias con estos títulos: “Cómo triunfar en la vida”, El éxito no es fácil”, “Cómo enfrentar las adversidades”, entre otros relacionados con la superación personal.
Es cierto que hay excelentes libros que tratan el tema de la motivación, pero algunas universidades resultan tan caras, que no estaría de más que le vayan allanando el camino a los futuros profesionales para que sean exitosos.
Los dominicanos, en una gran mayoría, somos una bomba de tiempo, pues aquí no vivimos, sino que sobrevivimos y se hace harto difícil abrirse paso, hacerse profesional y conseguir un empleo aceptable. Si encima de todos los factores adversos que nos rodean, tenemos una especie de desmotivación, la cual podría ser inherente a causa de las desfavorables circunstancias en que nos desarrollarnos como individuos, entonces la bomba no tardaría en explotar.
De ahí nuestra preocupación por motivar a los estudiantes de aquellos cursos a través de ejercicios, charlas, películas y relatos. Hay muchas historias que sirven como ejemplo de motivación.
Existe una verídica, muy interesante y con un mensaje hermosísimo. Este relato se refiere a las vueltas que da la vida y a cómo ésta no falla en recompensar las buenas acciones, a veces más tarde que temprano. Si usted ya conoce la historia, no le molestaría leerla de nuevo. La titulan “Pagado con un vaso de leche”.
Un joven que pagaba sus estudios trabajando de vendedor ambulante, sentía hambre, pero no tenía dinero para almorzar. Le producía verguenza mendigar, pero decidió que iba a pedir algo de comer en la próxima puerta que tocase. No obstante, perdió su temple cuando una hermosa joven le abrió la puerta, y en lugar de pedir comida, pidió sólo un vaso de agua.
Ella pensó que él joven parecía hambriento, así que le trajo un gran vaso de leche.
Él lo bebió despacio, y entonces le preguntó, "¿cuánto le debo? "No me debes nada," contestó Ella. "Mi madre siempre nos ha enseñado a nunca aceptar pago por una caridad". Él dijo, "Entonces, se lo agradezco de todo corazón."
Él lo bebió despacio, y entonces le preguntó, "¿cuánto le debo? "No me debes nada," contestó Ella. "Mi madre siempre nos ha enseñado a nunca aceptar pago por una caridad". Él dijo, "Entonces, se lo agradezco de todo corazón."
HOWARD KELLY |
Cuando el joven, de nombre Howard Kelly, se fue de la casa, no sólo se sintió físicamente mejor, sino que también su fe en Dios y en los hombres era más fuerte. Él había estado listo para rendirse y dejarlo todo antes de ese encuentro.
Muchos años mas tarde aquella joven, ya mayor, enfermó gravemente. Los doctores locales estaban muy preocupados. Finalmente la enviaron al hospital de una gran ciudad, donde practicaba un famoso especialista en la enfermedad que le afectaba.
Cuando el médico se dio cuenta del nombre de su nueva paciente y del pueblo de procedencia, inmediatamente se levantó y fue a verla. La reconoció inmediatamente. Volvió a su oficina resuelto a hacer todo lo posible para salvar su vida. La lucha fue larga, pero la paciente se salvó.
Por su parte, la señora andaba muy preocupada sabiendo que el precio de su estancia en el hospital sería astronómico. Sin que ella supiese, el doctor envió órdenes de que le pasaran a él la cuenta final.
Después de examinarla, escribió un mensaje al pie de la misma antes de que fuese enviada a la paciente. Ella abrió aquella cuenta con gran temor, pensando que pasaría el resto de sus días pagándola. Finalmente miró, y cual fue su asombró cuando leyó al pie de la lista de enormes cifras: “Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche”. Firmado: Dr. Howard Kelly.
Si desean saber más de la vida de este prominente médico, tienen el internet a su alcance.
Excelente articulo este como los otros motivacionales ya que es una realidad el tro de los nueos asi como tambien los viejos prof. ya graduados.
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