LECTURAS DOMINGUERAS

''To be or not to be'', that is the question

Hará cosa de cinco o seis años estaba de visita en Orange, New Jersey, disfrutando de unas vacaciones con mi  gente.

Una parrillada en verano, escuchando música tropical, a la sombra de frondosos  gigantes Secoya, sintonizando el Merengue Hit, de La Mega, que para la temporada  había  sido migrada del sábado al domingo.

ROMEO

Lo  escuchaba, en especial por la sección de los comentarios que el colega y amigo Joseph Cáceres Maeo hacía con su reporte desde Santo Domingo.

Los presentes pusimos atención a una intespectiva discusíon en el aire, en la que Anthony Romeo Santos se defendía con vehemencia de una acusación que un comentarista de arte de Santiago le había hecho.

Romeo estaba escandalizado, casi yendo a los tribunales, porque  el locutor de Santiago Joseph Tavárez 
puso en duda su sexualidad, con intenciones más bien de molestar, de zaherir, sabrá Dios con qué propósito, pero eso  fue el "vapor" que quedó flotando en el ambiente con cierto olor pestilente.
Romeo nunca ha sido santo de mi devocíon por arrogante, pero nunca he creído en que sea necesario llegar a extremos en temas tan delicados como lo es la sexualidad  de una persona, basándose en apreciaciones sugestivas.
Y así he opinado siempre. No se me olvida  el ejemplo que el profesor Joseph Cáceres, a un grupo que adiestraba en el Instituto Dominicano de Periodismo del siempre bien recordado profesor Rafael Pitaluga Nivar, nos contó a manera de anécdota, y como ejemplo de lo que no debe hacer un periodista,  la ocasión en que el reportero Ramón Cruz, que laboraba en un meridiano de Rahintel, se despachó en una rueda de prensa con el cantante ibérico Raphael, preguntándole a quemarropa, delante de toda la colectividad periodistica, que si era verdad que él era maricón.
Quizás esa fue una de las razones, por las que Ramón no pudo continuar siendo periodista y terminó siendo taxista en las calles de Nueva York, perdido con su "gipsy car" entre las One Way y las Two Way sin que nadie se recuerde hoy de él. Solo yo, y miren por quee caso.
Por ello en la ocasión en que escuché a Romeo en su escarceo consideré tonto y absolutamente inocuo ese intento de defender su masculinidad en un programa de radio, como si ello se pudiera demostrar con palabras.

Supe más tarde  que Romeo se comenzó a dejar ver con mujeres. Especificamente  una chamaca reportera de Univisión, en la piscina del hotel Hilton en Santo Domingo, durante una gira de Aventura, lo que fue interpretado de inmediato como una jugada para enfrentar el cuestionamiento a su masculinidad.

Pensé de nuevo en mis adentros, que ese muchacho estaba mal de la cabeza, enfrentando en forma infantil la imputación que le habían hecho.

Luego, su próximo paso fue viajar a Puerto Rico en un avión privado, con una novia nueva que le había detectado la prensa.

El chico seguía respirando por la vieja herida, era evidenteme.

Hubo entrevistas internacionales donde el tema fue batido  y rebatido de nuevo hasta hacer una tortilla, hasta que por fin se dejó enfriar....

El tiempo pasó, y cuando pensaba que aquella  herida había sanado, aparece de nuevo "el novio de Julieta", lamiendose quizás no la herida, pero si la cicatriz....

Y es que en una entrevista que le hicieron hace apenas dos días, volvió a desempolvar el expediente, sin que nadie le estuviera hablando ni pregunando del asunto.

Al hacer un recuento de su vida a un diario, proclama que le dolió mucho que le dijeran "gay".

A qué viene ese recuerdo, esa experiencia, poco gratificante, cuando hay tantas cosas lindas de qué hablar en la carrera del artista en esta nueva etapa?.

Estoy en creer que es algo patológico.

Es lo que explicaría que siga teniendo tan presente  y de forma fija y permanente eso en su mente.

Sennores, han traumatizado al pobre Romeo llevándolo a un cuadro clínico definitivamente patético, con algo que  se pudo haber manejado de otra forma.

Deberían pensar que una persona puede expresarse con gestos amanerados sin ser necesariamente gay. Que en gran medida ese amaneramiento ejerce un efecto seductor en nosotras las mujeres, por el tema ahora del hombre metrosexual, donde ya no importa tanto el macho-macho posesivo, agresivo, machista de los años ochenta.
Puras pamplinas y ganas de molestar de los bromistas y los necios cuando abordan por celos el tema de la masculinidad.

Si El Jeffrey hubiera asumido  todas las veces que han dicho gay, se hubiese suicidado.

PRINCE

Mal de muchos, consuelo de tontos, dice el refrán.

Pero si de algo le sirve a Romeo le diré que no está solo.  Que a Prince Royce, el pobrecito, también le quieren pintar alas.

Qué coincidencia, dos artistas en el mismo género musical y en el mismo estilo,"pesados" en la misma balanza  donde se mide el peso de las plumas.

Hasta el momento Prince Royce no ha dado señal de afectación por comentarios, y no ha plantado banderilla. Prefiere ignorarlos, y es lo mejor que hace el chamaco.

Pero, sin ser sicóloga ni psiquiatra, le voy a decir algo a los dos, a manera de consejo.

Si lo que dicen de ustedes alguna gente les atormenta y no los deja vivir en paz, pueden hacer una de dos cosas:

O salen definitivamente del closet, o se acostumbran a vivir con el "marinconcito" que muchos hombres llevan por dentro.
Lo digo así a la franca, porque así me enseñó a escribir el "profesor". Buenas tardes...