domingo, 29 de mayo de 2011

A PETICION


 Una limosnita por el amor de Dios
En los años 80 al terminar la transmisión del programa Arte Nacional en Radio a las 6:00 de la tarde, solíamos reunirnos con los amigos Francis Méndez, Enrique Fernández, Orlando Flores, Domingo Bautista, Radhy Miranda, Frank Moya, Luis Medrano,  en los restaurantes del malecón.
Eran frecuente la visita de los grupos de perico ripiao tocando a los clientes de los restaurantes tipo terraza desde la acera, donde no podía faltar el Sandro Dominicano, el Trovador Errante, el show del hombre de goma, el que caminaba por una cuerda en el aire. En, el malecón era una especie de circo donde cualquier loco te hacía un show solo por una propina, lo cual disgustaba a los dueños de negocios, porque a veces se pasaban, exigiendo que les pagaran su actuación, y le voceaban "miserable", al que no complacía su petición.
Estaban también los que pedían. Un tipo que siempre llevaba encima un certificado de defuncíon de su madre, que pedía dinero para poder enterrarla siendo que esta llevaba cinco años de muerta.
Otro andaba en una silla de ruedas, y en una ocasion en que iba a cruzar desde la acera del frente para pedir a los clientes del Gaucho, vio que venía un carro a toda velocidad, y el tipo se paró, saltó de la silla y de dos zancadas se puso rapidamente del otro lado.
El carro le desbarató la silla de ruedas, y entonces el tipo se dedicó a recaudar dinero para comprar una nueva, porque había perdido "su medio de sustento".
La gente es tan bárbara que colaboraban con una colecta para comprarle la silla de rueda  al caballero andante.
FRANCIS MENDEZ
Había otro vivo que andaba con un suero puesto pidiendo para una urgente operación a la que tenía que ser sometido y no tenía recursos para internarse en el Moscoso Puello.
Lo que recaudaba se lo bebía luego en el Dumé. Todos los dias se "operaba" con dos litros de "suero" de Brugal banderita.
Pero habían algunos  del grupo que le hacían maldades a los que andaba pidiendo en el malecón.
Siempre el más bellaco era Francis Méndez...
Por la acera del Gaucho pasaba un ciego acompañado de un vidente que lo guiaba en la misión de pedir una "limosnita por el amor de Dios".
No era un ciego falso, sino verdadero, que pasaba siempre al filo de las seis de la tarde a pedir limosna, ya de regreso a su casa, para que no se le hiciera de noche
El grupo no era dado a dar nada, porque como eramos fijos en el lugar no se podía estar todos los dias regalando dinero a los pidigueños.
En una ocasión en que pasó el ciego, Francis Méndez lo llamó y le regaló 20 pesos, entregándoselo al vidente que le acompañaba.
El grupo de amigos se quedó sorprendido al ver la generosidad de Francis.
Pero cuando el ciego se marchaba, llevado del brazo del ayudante, Francis voceó..."Mira tú, te di 50 pesos, no vayas a engañar al ciego diciendole que solo te di 20 pesos para tumbarlo."
No se imaginan el lío que se armaba con el ciego y su asistente. El asistente no tenía manera de convencer al ciego de que era un relajo, una broma cruel, y los se iban discutiendo en el camino. El ciego reclamaba que le dieran sus cuartos completos, mientras Francis se quedaba "muerto de risa" celebrando con los amigos su broma cruel.

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