Joseph Cáceres

Seguridad para los inseguros

Hay casos en ciertamente se justifica el disponer de una seguridad extrema, que le permita al individuo que está en permanente conflicto preservarse.

El doctor Marino Vinicio Castillo (Vibcho) tiene practicamente un ejército en su equipo de seguridad y se justifica, por razones muy obvias para todos.

Lo que no se imaginan algunos es lo que sucede con el mantenimiento que hay que darle a un grupo de 15 o 20 hombres que andan contigo para arriba y para abajo, en caravanas, porque de otra moda, te pueden mandar fácil, "a firmar con los carmelitas".

Aquí hay gente con guardaespalda que son tan miserables, que al momento de la comida ni siquiera le sacan un plato con arroz, habichuela  y muslo de pollo para que almuercen.

Tiene el hombre que defenderse comprando un picapollo o apelar al puesto de chimichurri de la esquina, porque lo dejan todo el día con los labios cenizos, cuando se trata de alguien que cuida su vida.

Hay empero gente que se rodea de guardaespaldas, civiles y militares, por simple parejería, con el interés de llamar la atención.

Se supone que un encargado de seguridad debe ser secreto, que se debe hacer pasar por un amigo. Pero aquí hay gente que hace lo contrario. Quieren que se vea el tropel de gente que les protege, creyendo que con ellos se salvan en medio de una contingencia.

En el campo del arte hay artistas con seguridad real, pero hay gente que se cuela en los bailes dizque para "dar asistencia", con el único interés de que les permitan entrar a las actividades.

Recuerdo la ocasión en que El Jeffrey llegó a un espectáculo de Vidal Cedeño al Teatro United Palace, y en la puerta de acceso hubo una discusión con los empleados, quería entrar con 15 músicos, y 15 lambones que iban detrás dizque de "guardaespalda".

"Mira a lo que se ha llegado, un tipo que vendía ropa en un "basemant", y ahora andando protegido por 15 personas", comentó el portero, quien lo conocía muy bien.

No niego que todo el artista debe tener seguridad. A algunos de ellos hasta les permiten que sean militares, oficiales de la Policía o del Ejército, lo cual no es un asunto de ahora.

Se hizo muy célebre el apodado "Manguera" que tenía Johnny Ventura en los ochenta, que era un policía muy servicial, al cual una vez le robaron la pistola, en una ocasión en que estabamos grabando "Cuánto Vale el Show?" en Rahintel de la Feria.

El artista que no tiene seguridad se expone a muchas situaciones.

Luis Miguel tiene un moreno que hasta lo agarra por la correa cuando este está en el escenario y se dispone a saludar al públio, para evitar que lo tumben. El mismo ya se ha hecho proverbial.

El problerma son los enganchados, que no tienen ninguna noción de seguridad y que por lo general son unos necios.

No les brindan verdadera protección al artista, sino que en todas partes montan unos operativos agresivos, temerarios, abusivos, maltratando y empujando  a la gente y a los fanáticos para que no se acerquen, cuando deberían agradecer las muestras de afecto de la gente y emplear la disuación, cortesía y métodos educados para resolver cualquier problema, como se adiestra en los verdaderos centros de enseñanza.

Se debe entender que no es una seguridad para la guerra la que se quiere.

Eso nos lleva a recordar la ocasión en que un "security" de Fernando Villalona, (que no es el que hoy es policía en Nueva York, y a quien le dicen todavía "seguridad") , atropelló a unos fanáticos que lo esperaban en Radiotelevisión Dominicana  para una actuacion en Caribe Show.

El tipo le propinó golpes a un muchacho porque se le puso en el medio tratando de saludar al Mayimbe.

Le pusieron una querella al individuo pero no pasó nada...Se trataba de "El Mayimbe", en sus buenos tiermpos de enlace político con el doctor...