Joseph Cáceres

El regreso de Beyoncé: la madurez de una diva

Vuelve la diva del R&B. O, al menos, la que mejor partido ha sabido sacar en la última década a un género capaz de mover multitudes –especialmente en EE UU–, y cuyos clichés domina y sabe explotar como nadie. A saber: sensualidad a raudales, espectáculo y singles rompepistas.

Beyoncé vuelve con un álbum, 4, marcado por los acontecimientos que han dominado su vida durante el último año, en el que optó por apartarse de los focos para centrarse en su vida familiar junto a su marido, el rapero Jay Z, con el que forma una de las parejas más poderosas de la industria musical norteamericana. "Soy una chica conservadora que cree en los valores familiares", afirmó en su día.

El resultado, filtrado hace semanas en Internet –y en las tiendas desde mañana–, es el disco más personal y reflexivo de su carrera, marcado por una mayor presencia de baladas y un posomás melancólico que festivo, y que ha generado un torrente de opiniones encontradas entre sus fans. Algunos echan en falta la explosividad de sus anteriores trabajos, otros aplauden su valentía. "Además de mover el culo, ahora saca provecho a su voz", la defendía uno de ellos en un foro de Internet.

Una carrera perfecta

Beyoncé Knowles, que en septiembre cumplirá 30 años, saltó a la popularidad a finales de los noventa como vocalista y compositora de Destiny’s Child, con quienes llegó a vender más de 60 millones de discos. Tras la disolución de la banda debutó en solitario en 2003 con Dangerously in Love, al que siguieron B’Day(2006) y I Am... Sasha Fierce (2008).

Ahora, la cantante con las curvas más explosivas del planeta pop vuelve con su disco 4 para demostrar que sigue en plena forma. Eternamente sensual. Y, quizá, un punto más madura en lo musical.