Joseph Cáceres

La clase mier... perdón, media

Por Orlando Holguín

Ahora que Danilo Medina habla de copiar parte del modelo brazileño, que con acopio, valentía,  determinación e inteligencia política llevó a cabo, para mí, el mejor presidente de América Latina de los últimos 30 años: Luiz Inácio Lula da Silva, cabe hablar de nuestra maltratada, maltrecha y pisoteada clase media, la cual, desde  mi particular punto de vista, se mantiene moribunda, con un respirador artificial, por no decir que casi ya no existe.

Recuerdo los tiempos en  que 420 pesos eran un sueldazo. También recuerdo la época en que con 700 pesos se hacía la compra de la quincena. Hace algún tiempo que muchos ya no son clase media, sino clase mierda. Por tanto, hay que felicitar a todo aquel que puede ir a un supermercado y comprar Chillo, camarones, conejo, guinea, pavo, salmón del bueno, uno que otro filete de cerdo o de res de suprema calidad y algunos otros productos, que con tres en el carrito, ya la cuenta va por mil pesos.

William Stanton, uno de los guruses de la mercadotecnia, tiene una muy buena clasificación de las diferentes clases sociales, pero mirando nuestro panorama, pienso que la misma aplicaría para otros países, pues aquí uno ya siente que sólo existen ricos y pobres, y en el medio, una maltrecha, descalabrada y casi asfixiada clase media. Vamos a ver si recuerdo esa clasificación, sin tener que desempolvar a Stanton. Esperamos que esto le sirva a usted para ubicarse y aprender a arroparse hasta donde la sabana le alcance.

Clase Alta-Alta. Son los que nacen ricos de cuna. Ejemplo: los nietos y bisnietos de las diez familias dueñas de este bello pedacito rodeado de incertidumbre. Así que a esa clase no pueden engancharse políticos que se hayan hecho ricos al vapor, ni al baño de María, tampoco peloteros, ni el que se haya sacado la loto con unos buenos millones. Y decimos los nietos y bisnietos, porque sus abuelos y bisabuelos empezaron desde abajo y quizás algunos sucesores tuvieron que acompañarlos en la lucha que cogieron para dejar los grandes emporios que establecieron.

Clase Alta-Baja. Son los nuevos ricos. Pero consideramos que en el caso del patio hay muchos que no llenan los requisitos para pertenecer a esta clase, pues son patanes, oportunistas y tramposos que han dado el golpe. Sí incluimos a los peloteros, pues su dinero es limpio. También hay que decir que hay nuevos ricos que se han hecho por el camino del bien, pues no todo es la ciudad del pecado.

Clase Media Alta. Compuesta por profesionales de gran éxito y dueños de negocios de tamaño mediano. Ejemplo: un Abogado de renombre, el dueño de una farmacia de tamaño considerable, el presidente ejecutivo de un banco. Ahora bien, esta clase, si bien es cierto que va menos cuesta arriba que las que le siguen en orden descendente, va muy forzada, pues, conjuntamente con la que sigue, es a  la que le cargan todo. Es decir, mientras un político salta patrás no paga la luz, el dueño de la farmacia x, (si no es un tramposo), paga la de ese vividor, la de cuatro pobres y quien sabe si la de su vecino más cercano, que también se la roba.

Clase Media Baja. Empleados con buen salario y dueños de negocios pequeños, pero exitosos. Para que tengan una idea, yo incluyo en esta clase a aquellos inviduos que ganan o reciben más de 75 mil pesos mensuales. Salga a averiguar cuantas personas tienen sejemante entrada. Es obvio que esta clase va más forzada que todas las demás. Tampoco es mucho lo que se puede hacer, cuando usted le meta comida, colegio, alquiler, préstamos, luz, agua, teléfono, cable, combustibles y los gastos imprevistos. ¡Carajo, no dan para nada! El que gana 3 mil dólares mensuales en Estados Unidos, es un principe, tiene buen vehículo y lleva una vida holgada. Claro, con la diferencia de que no tiene que pensar en el inversor, en que si hay luz cuando llegue a su casa, en qué cuánto les van a subir a los combustibles el próximo viernes, o en que si en la puerta de la casa hay dos ladrones esperándolo en la oscuridad para asaltarlo. Pero sobre todo, ese ciudadano sabe que sus impuestos son devueltos por el  gobierno, en un sistema, si no perfecto, sí mucho más humano.

Clase Baja-Alta. Es la clase que recibe sueldo de miseria. Póngale de 10 mil hacia abajo. Ay, Dios, ¿y cuántos no quisieran ganar 10 mil mensuales, aunque sea para pagar pasajes y comer donde los chinos del pica pollo? Cabe aclarar, que esta clase está compuesta también por técnicos que podrían ganar relativamente aceptable, pero que viven el día al día, es decir, no se preocupan por salir del entorno en que se desenvuelven y muchos, según ganan, así mismo beben y tiran el dinero.

Clase Baja-Baja. Recuerden que esta clasificación es según Stanton. Nosotros simplemente la estamos llevando a nuestra realidad actual. La clase Baja-Baja, está compuesta por desempleados crónicos. Un desempleado crónico, desde mi óptica, es aquel que no tiene esperanza de conseguir un empleo ni como guachimán, uno de los más antihumanos e hijo 'e puta trabajos que pueden existir. Incluye, además, a personas que tienen que recurrir a entidades de beneficencia pública y son los q ue todos nuestros gobiernos compran con las migajas que dejan caer, falsas promesas incluidas.

¡Vamos, Danilo!, si usted gana, atrévase e imite y haga lo que hizo Lula.