Muy simpática la pose del perro velando la parrillada y las ricas carnes que está asando el amo. Se le hace la boca agua, esperando el festín...Pero lo del perro no es nada, si se compara con algunos amigos que también hacían lo mismo en la época de Los Correcaminos. La parrilla no se podía dejar sola con Francis Moya, Enrique Fernández, Alipio Cocco Cabrera, que se robaban las carnes y dejaban a todo el mundo oliendo donde guisan...
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NIURKA BAEZ,
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