Joseph Cáceres

Por Orlando Holguín

No es cuestión de tacañería, no es cuestión de ahorros, ni de que el hombre no quiera tener novia. El asunto se resume en que mantener una novia hoy día sale bastante caro. A los gustos de las mujeres de estos tiempos, hay que sumar los gastos colaterales que implica el noviazgo, como son gasolina, taxis, cabañas, etc. 

Y es que el mundo no sólo cambia en los avances, sino también en las costumbres, las modas, y el fuñio hábito de consumo que saben inculcar los que crean nuevos productos y marcas. Veamos por qué hoy día es mucho más difÌcil para cualquier hombre mantener un noviazgo.

Antes, las mujeres cogían sus carritos públicos, ahora, si usted no tiene carro, hay que pagarles un taxi, de lo contrario se quedan en sus casas.

Antes, las mujeres iban a un saloncito, ahora van a un Spa, centro facial, o como usted quiera llamarle.

Antes, las mujeres se conformaban con un 20/30 (20 de yuca y 30 de espaguetis), pero ahora con la presencia de las cadenas de comidas rápidas (llamadas comidas chatarras), cualquier visita a uno de esos locales, te puede salir por un mÌnimo de 600 pesos, y cuidao. Ni hablar de un restaurante, de esos que Joseph dice que truquean los platos. Para usted ir allí, tendría que reunirse con la Junta Monetaria.

Antes las mujeres comían chimis, ahora sólo piden de burgers hacia arriba.

Antes las mujeres pedían que las sacaran a bailar, pero ahora piden el CCB (Cine, Cena y  Baile), si a eso se le agrega la cabaña, la cuenta se dispara. Entonces sería el CCBC.

Antes las mujeres se tomaban un traguito, ahora el tiguere se emborracha y ellas siguen igualitas. Y hay algunas que si usted no las deja satisfechas, entonces pasa otro tiguere y las recoge para seguir la rumba.

Antes en el salón, las mujeres se preocupaban por el cabello solamente y con un lavado era suficiente. Ahora incluye limpieza facial, uñas, tips, celofén, tinte, tratamiento con rayos ultravioleta, depilación, pilling, masaje facial, masaje corporal, y como debemos suponer, si usted es quien goza de la hembra, debe contribuir con algo.

Antes las mujeres repetían la túnica, ahora para cada salida deben estrenar ropas nuevas, no por usted, sino por la competencia de trapos que tienen montada las féminas, donde cada una viste para echarles vainas a las otras.

Antes, y por último, las mujeres soportaban a uno a pie, pero de un tiempo hacia acá, el que no tiene un cacharrito está fuñío, pues hay mujeres que no salen si no las pasan a buscar en un buen carro con aire, lavaíto y con espejo para el famoso retoque. Y si es un hembrón y usted tiene un anafito, esté preparado que en cualquier momento lo cambian por un tipo que vaya en una tremenda nave.

Por todo esto, hay tipos que prefieren estrenar novia por un día, lo cual también es un peligro por todo lo que eso podría traer consigo, pero como es un producto de muerte rápida, a veces sale más barata que una novia de larga duración.