Joseph Cáceres

Angelo, es bueno, pero no es tan "angelical"

Plaza de España se ha convertido en uno de los entornos preferidos para cenar y pasar un buen rato, con sus restaurantes al aire libre, uno al lado del otro, que le hacen remomar los Campos Elíseos de Paris y sus afamadas "rue" cargadas de vida y trepidante vida nocturna.

Después de varias visitas a Pata el Palo, del cual ya  hemos hablado y pasado su "control de calidad", nos decidimos por visitar Angelo, adyacente, en la misma calle de La Atarazana.

Especializado en cocina italiana,  destaca por su famosa pizza cocinada en hornos de leña, en la mejor tradición.

Tienen un balcón que se presta para encuentros romanticos, con vista a toda la ensenada de la desembocadura del río, para quienes así lo prefieran.

De su menú hay que decir que tiene variedad y buenos precios, en sus risotto, raviolli alla marinara, el linguini alla aragostini del Caribe, el Papardelle Aragosta e Porcini al Pomodorino, un plato que siendo de los más caros, apenas llega a 795 en su precio.

Pasta es pasta, después de todo.

Ahora bien, donde la gente de Angelo no son muy "angelicales", que digamos, es en las bebidas.

Los tragos de vocka Grey Gosse con agua tónica o cranberry te los "clavan", con los impuestos, a razón de 500 pesos. Si te entretienes pidiendo  bebida con tus acompañantes, la cuenta se te eleva a una suma astronómica.

Un trago de vodka, aunque sea premiun no debería estar a ese precio.

Es el problema que aquí tienen muchos lugares que, atentos a que se orientan hacia el turismo, exageran en el precio de sus servicios.

Por eso a veces se quedan sin turistas y sin visitantes locales, porque el que va una vez no vuelve.  Y luego se lamentan...