Dicen que tiene una funeraria, pero...
RAPHY |
En días pasados al encontrarnos con Raphy D'Oleo hablábamos con él de la gran inversión que hoy día hay que hacer para proyectar un artista nuevo.
La gente se queja de la falta de relevo y desconoce la real situación que se da en el negocio.
"Yo hace tiempo que me salí de la trampa", dice Raphy. "No brego con artistas nuevos, los mios son los viejos, que tienen su carrera hecha y no hay que sacarle discos nuevos ni promoverlos en la radio, porque tienen su repertorio de éxitos".
Y no deja de tener razón, en lo que dice, porque hay que ver lo bien que le va en las presentaciones que hace de los llamados "vejetorios".
Y no se vaya a creer que por ser artistas del ayer los precios son bajitos y cómodos.
De Bonao lo llamaron de un club para presentar a Juan Bau, y le disparó una tarifa de 350 mil por el show del artista. Los dueños del establecimiento se quedaron con las manos en la cabeza por el disparo" que les hizo El Cangrejo.
Lo relajan y todo, pero el Cangri cada vez que presenta un show en El Maunaloa lo llena, aunque de gente de edad, de buen poder adquisitivo, no de la muchachada que bebe agua, cerveza y refresco y no es de alto consumo.
Entre los relajos está que cuando trae artistas como el Jibarito de Lares los va a buscar al aeropuerto en una ambulancia con dos monjitas, por asi acaso.
Otro que no le saca el guante es el locutor Rubén Darío Aponte que en días pasados llamó a la oficina de Raphy preguntando que si "esa era la funeraria D'Oleo".
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