lunes, 10 de octubre de 2011


CHARLIE ZAA RETORNA COMO EL MAYIMBE: "UN HOMBRE NUEVO"

Tras su retiro del mapa musical hace cuatro años y medio por llevar una vida desenfrenada que lo condujo a caer en las garras del alcohol y el adulterio, el cantante colombiano Charlie Zaa regresa con su frente en alto y asegura estar limpio para dar su testimonio.
“El retiro fue obligado, me llevó a una crisis a nivel de salud que de manera especial y a través de mi familia y Dios logré salir”, sostiene el artista, de 38 años de edad, que promociona el tema En un beso la vida de su disco De bohemia.
En medio de sus crisis y depresión a raíz de sus vacíos como persona y la fama, indica que pudo lograr reencontrarse consigo mismo, su familia y con la parte laboral; así como trazarse nuevas metas y maneras de poder hacer las cosas dentro de la música. Al caer en ese abismo que lo llevó a tocar fondo, confiesa en entrevista con Primera Hora desde Colombia que “trataba de llenar muchos vacíos de maneras diferentes”.
“Esto no es fácil para mí, reconocer a través de los medios de comunicación que fui un hombre desordenado a nivel del alcohol, de la comida y de las mujeres, de serle infiel a mi esposa. Ésas son las cosas que dejan los desórdenes. De un momento a otro me di cuenta de que el artista estaba consumiendo al ser humano Carlos Alberto Sánchez (su nombre real), gobernaba mi parte física y mi relación (marital) estaba flaqueando”, dice.
“Yo estaba siendo necio a las cosas del Señor. Me di cuenta de que ése no era el camino correcto, entré a una crisis de depresión grandísima, acompañada de una crisis de pánico que me llevó a estar completamente guardado en mi habitación y en mi cama por mucho tiempo”, sostiene.

Agrega, asimismo, que pudo salir de esa vorágine de problemas gracias a que “el cambio fue genuino desde el momento que reconocí que mi vida estaba llena de muchos problemas, de muchas ataduras que de alguna manera estaban dañando mi vida espiritual. Cuando di el primer paso de reconocer mi situación, mi decisión fue dar un cambio genuino”.
Con su confesión, el intérprete, quien debutó exitosamente como solista en 1996 con el álbum de boleros Sentimientos, no quiere que se malinterprete su testimonio porque tiene un disco en la calle, ya que la realidad es que no vive de la música, sino de sus negocios.
“Hubo mucha gente que vinculaba la salida de mi disco con mi revelación cuando realmente no lo necesito, sino que entendí que los medios y el público necesitaban una explicación de mi retiro con mi testimonio”, precisó el artista que saciaba su alcoholismo con ron Zacapá y vino.
Cabe destacar que Charlie Zaa se ha desarrollado como empresario al poseer en Colombia un centro comercial pequeño, que compara con el prestigioso mall de Coconut Groove en Miami, un hotel boutique de ocho habitaciones, así como también mercadear varios productos.
El artista afirma que se encuentra estable con su esposa Janeth Hoyos y a nivel familiar se siente feliz y con mucha tranquilidad. Ahora hace las cosas con más amor y entregado a Dios a través de la iglesia La Montaña en la que se congregan cada ocho a quince días, ya que reciben la palabra de Dios a través de la Internet.
Insiste en que, para hacer las cosas bien y llevar la vida personal y artística por la vía correcta con un paso valiente como el que él ha dado, “tienes que empezar hablando con la verdad. Yo tengo que andar en verdad porque no he venido a vender absolutamente nada, sino vengo a dar mi testimonio de vida. Hay otros que de pronto se escudan en otras cosas y siguen andando en los secretos y para yo ser libre tengo que andar en verdad”.
Le provoca orgullo que sus hijos Aarón David, de 12 años, y Mía, de nueve años, quien nació en Puerto Rico, y su hija mayor, Michelle, de 21 años fruto de otra relación, han sido su mejor aliciente y una compañía importante porque en medio de su depresión fueron “mi bastón y mi pilar en esa época. La depresión es el mal del siglo XXI”.
Al superar sus males se siente todavía en un proceso de aprendizaje porque aunque está feliz y tranquilo, admite que “no me considero un hombre limpio porque soy de carne y hueso y sigo cometiendo algunos errores. Y estoy luchando de pronto con cosas como que soy un poco temperamental y esos ataques del demonio que viene a tratar de destruir lo positivo que uno está haciendo”.(Primera Hora)

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NIURKA BAEZ,
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