Joseph Cáceres

Por Carmen Celeste Mateo

Okey baby, nosotras, las mujeres, hemos soportado calladas, esmirriadas también, si así lo quereis ver, las constantes alusiones a los implantes, a las intervenciones estéticas,  de las chicas de la tele, sin que nadie las defienda, aunque no podemos negar que muchas exageran en la búsqueda de la imagen perfecta. Algo que en lo particular a mi me tiene sin cuidado, vale. Perfecto solo Dios, aleluya!.

Me siento bien como soy, porque hace tiempo que aprendí, desde cuando estaba en el "cole" y en la "prepa" , que el desarrollo intelectual es la mejor y más valiosas belleza. Así que nadie de vosotros me podeis salir con moriquetas a esta altura del partido de futbol, porque el beisbol lo detesto, ostia. Púdranse!.

Llegado a este punto, creo que es tiempo de que os comience a soltar veneno feminista.

Por qué solo hablais de que las mujeres de la tele recurren en demasía a las cirugías estéticas, y nada decid de los hombres de la farándula que se ponen nalgas.?

Para hablaros claro, las nalgas o pompis que pasaron por las manos de una Mía Cepeda,  la Erarte,  la Jari, por citar dos ejemplos porque el jefe me tiene eso prohibido.

Y ahora la tendencia a agrandarse el pene, a partir de prótesis que aumentan las pulgadas del órgano viril masculino, con lo que algunos pretenden sorprender, cuando ya es tan tarde, porque bastante agua ha corrido por debajo del puente del río Manzanares.

Por qué nadie le pregunta al Cantalindo y al "canta alto" si están contentos y  satisfechos con lo que teneis?. Puedo deros consejos.

No olvideis que no solo de voz alta viven los que cantan , y que mientras más alargan la nota, mas bajitas son las que sacan en el exágen de anatomía.

No es justo cargarle solo el dado a las mujeres, mientras a los hombres se les deja jugar libremente, con las cartas marcadas y las contramarcadas, mientras  también recurren a implantes esteticitas, (Válgame  Dios, qué belleza es la que encontrareis en un hombre con las nalgas grandes?

Al Rubio Charlie debería darle verguenza, hacerlo con tanto descaro.