miércoles, 21 de diciembre de 2011


José Tejeda, el empresario que se impuso en Estados Unidos

El empresario José Tejeda, después de años siendo "rey" de los espectáculos en la Gran Manzana, decidió regresar a su país natal para llevar una vida tranquila en una región montañosa junto a su familia.

"Soy el hombre más feliz del mundo junto a mi esposa, Dennys Duvergé, mis hijos y mi nieta, Alanna", dijo Tejeda.
"Después de trabajar tantos años en Nueva York, organizando espectáculos masivos y ayudando al talento joven, estar de vuelta en mi país es como un sueño".



Nacido en un humilde hogar en San Cristóbal, Tejeda partió un día a Nueva York con una maleta llena de sueños y algunos pesos en el bolsillo. Y, además de presentar una larga lista de artistas criollos, llevó a estrellas internacionales como Rocío Jurado, Camilo Sesto, Emmanuel y otros más.

 "No me limité a entretener solamente a la comunidad dominicana, sino que me extendí a toda la familia latinoamericana residente en la ciudad", dijo.

Julio Iglesias, el español más universal del mundo, fue otra de las figuras de relieve que Tejeda contrató para que cantara en 1991 en Altos de Chavón, pero la relación no fue únicamente comercial. 



"Julio estuvo en mi casa, en Santo Domingo, y junto a mi socio Luis Medrano y mi equipo de trabajo disfrutamos de momentos inolvidables con este astro mundial. Esto no sucede con todos los artistas ni con todos los empresarios. Fue algo fuera de serie que demostró que el dinero no consigue cosas tan bellas como la amistad".



Pero Tejeda es consciente de que en su época como empresario artístico en Nueva York, en las décadas de 1970 y 1980, el mundo del espectáculo era muy diferente al de ahora.



"En esos tiempos había trabajo para casi todos los artistas, conjuntos y orquestas de República Dominicana, los que llenaban los teatros", dijo.

"Yo llevaba los grupos dos veces al año por dos y hasta por cuatro semanas, pero ahora casi residen allá".

Agregó que sus escenarios eran el Radio City Music Hall, el Madison Square Garden, el Lincoln Center, el Beacon Theatre, el Carnegie Hall, mientras que también organizaba bailes para 5,000 personas en el Roseland. "Ahora, lamentablemente, son presentados sólo en el United Palace, del alto Manhattan", se lamentó.



Pero quien le abrió las puertas de Nueva York fue Johnny Pacheco: "Somos como hermanos", expresó.

"En mis inicios, me costó ponerme en contacto con él, por lo que fui a verlo un día miércoles al Corso, en Lexington con la calle 86, me senté justo por donde él tenía que pasar, me vio y me preguntó que cuándo actuaría para mí. Me citó para el martes siguiente, a las 4 de la tarde, en sus cómodas oficinas de Fania Records y me dijo: "aquí está el libro" y tomé ocho presentaciones. El resto es historia". AQM (Diario Libre)

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