domingo, 8 de enero de 2012




         Comiendo basura callejera
El tema de la insalubridad, la higiene y la falta de controles de calidad con frecuencia solo alude a los puestos de comidas populares y las ventas ambulantes.
Se denuncia y se ataca al vendedor de "frío frío", que prepara el sirup con aguas no santas, recogidas quién se sabe de dónde.
El vendedor de chimichurri  o la señora que cocina para los trabajadores de la construcción en una esquina sin agua ni lugar alguno donde hacer sus necesidades, a no ser el solar con guasábara que le queda al lado.
Los kipes, las empanadas, las fritangas, el hombre del chicharrón con 15 días con la misma mercancía.
En fín, toda una cadena de alimentos hechos a veces sin la debidas normas de higiene, sin la adecuada conservación, y lo que es peor aún, con una pésima manipulación. Porque hay que ver las veces en que la mano del vendedor trasiega el producto desde la bandeja, y la manera en que lo acoteja, fuera de la vista del cliente en su casa o negocio.
Productos que no tienen fecha de caducidad...
Todo eso lo saben las autoridades de salud pública, pero nada hacen para que se corrija la situación , por el manido tema de que se trata de "humildes padres de familia", los cuales no son más que réplicas dominicanizadas de James Bond, porque tienen licencia para matar a la gente con lo que venden.

Lo  mismo, pero con papas
Pero no crean que la insalubridad y falta de higiene solo está en la calle.
Eso piensan los que van a restaurantes y no se percatan de cómo anda la higiene en la cocina, porque son lugares donde la gente no tiene acceso.
Restaurantes muy bonitos, con una decoración muy elegante y moderna, mozos muy serviciales y atentos, pero cuidado con entrar a la cocina.
Aquello da "grima". Mirar el piso mugriento, a veces enlodado, con el agua que le ha caido, los desperdicios y el aceite.
Señores cocineros manipulando alimentos sin guantes, sin gorro, ni uniformes.
Lo que es peor, sin las inspecciones sorpresas que en otros tiempos hacían las autoridades de Salud Pública en los restaurantes, aún fueran de lujo.
Y si se retomara esa práctica de fiscalización de higiene en el servicio, es poco probable que la misma tenga efectividad, porque  los dueños de los establecimientos se las arreglarían con los inspectores para lograr el visto bueno luego de las incursiones a sus establecimientos.
Se cumple aquello de que el que hizo la ley, hizo la trampa....


Comiendo fuera de casa, como en casa

Usted visto un mayor despropósito el de ir a un restaurante a pedir lo mismo que come en casa?. Es decir, pagar para comer más de lo mismo...
Como que no tiene gracia ese asunto.
Ello se deriva de la atávica expresión de gente que va a un restaurante caro donde se come como en casa.
A qué rayos dejar la comida del hogar para ir a un restaurante a pagar diez veces lo que cuesta un plato hecho en casa, en una proporción disminuida, como se estila  en algunos lugares.
Un plato gigante y en el medio una porción de comida como si fuera par aun niño, porque eso es lo "chic", los elegante, lo fino.
Ya les conté de un amigo que saliói con la familia a cenar a uno de esos rtesturantes, y cuando regresaron a la casa se vieron precisados a preparar de nuevo cena, porque todos se quedaron con hambre, luego de una cuenta de 11 mil pesos en el dichoso restaurant.
Y que conste, que la de mi amigo Esteban Sánchez no es una familia de glotones.

3 comentarios:

  1. ESO DE LO CHIC,ELEGANTE O FINO EN LOS RESTAURANTES SOLO SE VE AQUI,EN EUROPA TE LLENAN LOS PLATOS Y HASTA TIENES QUE DEJAR DE TANTA COMIDA

    ResponderEliminar
  2. 11 mil canoas?, pero ni siquiera en los restaurantes mas exclusivos de Manhattan o Paris se paga tanto, ,me pase?

    ResponderEliminar
  3. Era una ciudad de plastico de esas que no quiero ver,aparentando lo que no son,viviendo en un mundo de pura ilusion!(Ruben Blade)!

    ResponderEliminar

Se valora el envío de comentarios no ofensivos apegados a la moderación.
NIURKA BAEZ,
Moderadora de comentarios