Joseph Cáceres

El periódico El Día da cuenta de que el sector de Los Alcarrizos ya cuenta con su propia emisora, y que se denomina "La Sabrosa" y transmite en los 93.1, aunque con una señal muy precaria.

Habría que ver si la misma tiene permiso para operar, ya que de ser así estaríamos frente a una novedad.

Una frecuencia de radio vale millones, y las transacciones y venta  que se han hecho en los últimos tiempos envuelven astronómicas sumas de dinero.

Es chocante que alguien con una frecuencia  que sea legal esté operando desde Los Alcarrizos.

Ello nos recuerda nuestros inicios en la radio, pues en plena revolución del 1965  un técnico de Rahintel (que estaba de vago, porque el canal fue sacado del aire  en medio de la guerra), nos construyó un pequeño transmisor que operaba en los 1500 kcs., con el cual ofrecíamos música  en una årea de alcance de cuatro cuadras, manteniendo  con el mismo a la vecindad del Bameso  animada, junto al fenecido amigo Victor Polanco Montero. En la capital solo operaba Radio San Isidro, la radio Constitucionalista, La Voz de la OEA y la estación para animar a las tropas norteamericanas que operaba desde el hotel Jaragua. Todas las demás estaban fuera del aire debido a la confrontación civil y militar.

Nosotros éramos unos frescos, dizque con una emisora de radio. Pero así era, tuvimos el privilegiamos de iniciarnos en la radio con nuestra propia emisora siendo apenas un muchacho.

Poníamos música de El Gran Combo, de los Tres Ases, Los Panchos, Roberto Ledesma, Tito Rodríguez de los "long play" "torta de cazabe" que habían antes,  en un tocadiscos  de aguja de la casa. Los llamados "pickut"

Nuestra emisora era la delicia del barrio, y de ella se aprovechaban a veces un dirigente de Fragua, al cual teníamos que permitirle leer sus comunicados, algo que era muy peligroso. Fuimos testigos de cómo un comandado militar de la base aérea de San Isidro, en una incursión muy audaz,  voló con explosivos plásticos la caseta y la antena transmisora de Radio HIZ que estaba en María Auxiliadora, y que era usada para emisiones de la radio contitucionalista.

Por suerte pudimos convencer al dirigente estudiantil que nuestra emisora era para el entretenimiento del barrio y no la habíamos creado con fines políticos. Le explicamos que nuestro padre era oficial del Ejército y pertenecía al Campamento donde se inició la revuelta militar contra el gobierno de El Triunvirato y que se encontraba en la zona de combate y que nuestra situación era muy delicada, pues al que encontraban en eso lo fusilaban.

Recuerdo que cada vez que salía al aire La Voz de la OEA, que no era otra que Radio HIN, con antena en el Barrio Mejoramiento Social, por la potencia y la cercanía en que operaba nos sacaba de frecuencia  la señal de nuestra emisorita  casera.

Como ya les conté en una ocasión pasada, el final de nuestra radio llegó cuando en medio de la lluvia cayó un rayo, y el transmisorcito cogió fuego y por poco se quema la casa.

El huidero!. Y hasta ahí llegamos... no más ninguna "fuñía radio", me dijeron.