El Oscar recuperó su glamour
Por Orlando Holguín
BILLY |
OCTAVIA SPENCER |
Subir un poco la adrenalina estuvo cargo de unos invitados que cualquier show, en cualquier parte del mundo quisiera tener: el Cirque du Soleil. Por más que uno lo ve y por más que sepamos que esa perfección se logra con un elemento central multiplicado por miles de veces, que es la práctica, hasta en las caras de los que a veces hacen las mejores piruetas, ya sea con dobles o con engañifas cinematográficas, estaba la pregunta: ¿cómo lo hacen?
El humor, como siempre estuvo presente. Allí a libretistas y anfitriones no se les aprieta el pecho a la hora de hacer un chiste sobre cualquier situación o sobre una figura allí sentada, no importa su elevada estatura dentro del negocio. En Hollywood se juega con la edad, con los vicios, con las metidas de pata, con los fracasos. No hay piedad, no hay consideración. Sencillamente Hollywood se ríe de Hollywood en su mejor fiesta. Un ejemplo del sarcasmo: el chiste sobre el quebrado Teatro Kodak, sí el mismo donde se celebra la ceremonia desde hace muchos años.
CHRISTHOPER PLUMMER |
Que este sombrero les sirva a aquellos productores del patio que menosprecian el humor y a los que son conservadores al momento de sacar hilaridad de las vivencias, hechos y noticias que generan los artistas durante todo un año o en sus carreras. Claro, la distancia es abismal.
La química entre algunas parejas de presentadores no pudo haber estado mejor. Las que sin dudas más nos gustaron fueron las combinaciones de Ben Stiller y Emma Stone, Gwyneth Paltrow y Robert Downey Jr., Jennifer López y Cameron Díaz y, por supuesto, la de Will Ferrell y Zach Galifianakis, quienes con sus platillos y vestidos como músicos, sacaron risas de principio a fin al entregar el renglón Mejor Banda Sonora.
Es muy difícil que en el Oscar esté ausente el mensaje contra los que gobiernan al mundo, y en esta ocasión no pudo venir de mejor parte del planeta. Le tocó el director de la ganadora como Mejor Película Extranjera (A Separation), el iraní Asghar Farhadi, quien envió un mensaje claro al los líderes políticos, pero no perdió tiempo para decir lo mejor de su nación. Cabe destacar que una vez más se demuestra que la Academia es consecuente a la hora de otorgar el premio a quien se lo merece. Y lo decimos porque por otros predios podrían tomar en cuenta la situación que viven Estados Unidos y otra naciones con Irán. Quizás es que allí la mediocridad no está a flor de piel
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Finalmente, los premios más emotivos fueron el de Octavia Spencer, por su papel secundario en The Help, y el de Christopher Plummer, ganador como Mejor Actor de Reparto y quien desplaza a Jessica Tandy (Driving Miss Daisy), que lo ganó a los 81. Plummer tiene 82. El actor no vaciló en sacar humor de sí mismo y de su carrera, mientras dio su discurso de agradecimiento. ¿Y de Meryl Streep, qué? Ella es lo que se llama una Diva a carta cabal, pero lo que más nos gusta de esta dama es con la humildad con que recibe sus galardones, destacando siempre la hermandad, el amor y la compenetración, reconociendo y otorgando respeto a sus colegas. Esto la engrandece mucho más.
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