domingo, 5 de febrero de 2012


El famoso Club Copacabana cae víctima de su propia élite

Por Agustín de la Cruz 
NY. -Cuando Copacabana reabrió sus puertas tuvimos la oportunidad de cubrir tan importante evento, y en verdad que fue uno de los más importantes acontecimientos del 2011.
Una noche repleta de glamour, pero todo basado en épocas pasadas, desde la música, ambientación e invitados, trataron de revivir y forzar el clásico a los 2000′s. 
Se nos mostró un lujoso restaurante decorado a los 80′s, aunque dotado de un menú compuesto de exquisiteces con capacidad de complacer el gusto de los más exigentes visitantes de saco y corbata.
Pero el gran error de sus socios consistió en tratar de mantener viva a toda costa una tradición que no encajaba en el gusto de las nuevas generaciones, sin mencionar sus inalcanzables precios, se negaron a los cambios.
Su ambientación como club, está dirigida hacia un público que hacía tiempo había dejado de hacer vida nocturna, y se evidenciaba en la música ochentona y en la poca asistencia que comenzó a visitar el lugar. Que nadie pretenda ahora culpar a la crisis económica, porque ya estamos cansados de que todo él no tiene nada que decir, escriba dejando entender que estamos cayéndonos a pedazos.
Nadie tiene la culpa que nuestros artistas vengan de gira en manadas y con precios por encima de su valor.
A nuestro entender su concepto elitista se distanciaba de la realidad que vive la ciudad que nunca duerme, una realidad que está representada por una juventud que en su mayoría desconoce y le es indiferente a la incidencia y poderío de una época dominada por la fania y unos salseros que hoy son clásicos que sólo reviven en los matinés clásicos que presentan algunos centros, en las primeras horas del domingo.
Su administración perdió las perspectivas al dejar de lado esa juventud que con poco recurso estérica su presupuesto para decidir donde divertirse; el resultado sólo puede sorprender a quienes pretendieron crear una barrera entre el populacho y los extinguidos cuellos blancos.
El hoy fracaso del Copacabana debe servirle de ejemplo a quienes pretenden ocultar que lo urbano es lo que está en moda que no se requiere tener un pos grado en música para acaparar la atención de los nuevos consumidores.
Nadie muere en la víspera y con comenzar a darle cavidad a las nuevas tendencias musicales, podría Copacabana reiniciar una nueva etapa adaptada a los tiempos modernos, enamorando esa juventud que con sus virtudes y defectos noche tras noche abarrota los clubes de la gran manzana.(SoyLatino.net)

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