jueves, 22 de marzo de 2012

Blanquita Hernández, la madre de Iamdra Fermín, o Iamdra Full, por el programa, nos envía esta foto del antiguo cine Rialto. Un cine de estreno ubicado en la calle Duarte, frente a la tienda La Opera. Tenía la característica de que había una platea y dos balcones. A los novios les encantaba subir al tercer nivel, no para ver la película, sino para "dar película" "besándose". El que subía solo a ese balcón, tenía que ir preparado para "aguantar gorro", a menos que fuera un "brechero" o voyerista de esos que se complacen viendo a otros en actuaciones íntimas. El premio de entrada era de 40 y 60 centavos por persona, lo cual resultaba caro para los años 50 y 60. El único problema era que dificilmente alguien podía ver una película completa, debido a la férrea censura que existía en esos tiempos. Imaginense, el comité de censura de Telecomunicaciones y la Comisión de Espectáculos Públicos  estaba dirigido por un sacerdote. Monseñor Eduardo Ross, quien hacía que a las películas les cortaran todas partes que consideraba atentatorias "al pudor, a la moral y a las buenas costumbres". Aunque fuera una "caballá" lo que mostraran, las cortaban...Ver una nalguita de espalda o una tetita?. Jamás!. Ningún "cachete"!. No es como ahora que hasta en la televisión aparecen hombres encueros y mujeres desnudas por completo. Pero, eran otros tiempos, muy apegados a la moral, a las buenas costumbres, en que las mujeres usaban faldas debajo de las rodillas. Y cuando llegó la minifalda, un escándalo!. Pobres de aquellas primeras mujeres que se atrevieron a usarlas, con todo lo que les decían los curas, las monjas, el papá, la mamá, las tías y los abuelos.

1 comentario:

  1. me llega ala mente recuerdos del teatro Capitolio frente a la catedral,yo nunca pague para ver una pelicula,pues mi primo que era ahijado del dueno,me entraba de gratis.

    ResponderEliminar

Se valora el envío de comentarios no ofensivos apegados a la moderación.
NIURKA BAEZ,
Moderadora de comentarios