Joseph Cáceres

En la radio sobra opinantes, pero falta información y orientacion

                                              Por Johnny Arrendel

Se impone analizar la radio, a propósito de la reseña de Joseph Cáceres en torno al escaso provecho que hacen comunicadores actuales de las facilidades tecnológicas, en comparación con décadas pasadas.

Refería Cáceres, que mientras en los 70 era preciso cargar pesadas grabadoras para realizar entrevistas con antelación a la emisión de los programas, ahora que los equipos son pequeños, digitales y livianos, los periodistas no les sacan provecho.

En realidad, la radio dominicana si tiene una característica es que se compone casi exclusivamente del mismo formato, es decir música  y animación, en tanto que las producciones habladas consisten  en opinión de manera casi exclusiva.

¿Entendieron? En la radio nacional sobra la opinión. Hay opinantes de día, en el meridiano, en las primeras horas vespertinas, entrada la tarde, a prima noche, avanzada la noche, y hasta de madrugada.

Ahora, busque y entenderá que el medio mas fácil de seguir y por tanto, ideal en momentos de apremio para orientar y enterar a la población, que es la radio, carece de cobertura informátiva.

Hablamos de información, porque de oferta noticiosa si es verdad que están huérfanos nuestro dial y la radio en línea.

Para muestra un botón, recordemos el 12 de enero de 2010, entrada la tarde un terremoto con epicentro en territorio haitiano devastó la capital de esa nación que comparte la isla con Dominicana y se sintió también aquí.

Tras difundirse que el sismo afectó en gran medida a nuestros vecinos, surgió y se propagó el rumor de que un maremoto amenazaba las poblaciones dominicanas cercanas a costas.

También, interactivos, es decir, personas que acceden a los medios electrónicos de comunicación masiva a través del teléfono, comenzaron a dar informaciones imprecisas en torno a supuestos daños de gran proporción en comunidades dominicana de provincias.

Ante todo esto, ni la estación líder en audiencia, Zeta 101.3 FM, ni otras con servicios noticiosos, pudieron garantizar informaciones veraces y oportunas a la población.

Jochy Santos, el rey de la chercha vespertina, pero quien es un hombre formado en la radio, asumió son sentido práctico y sereno el papel de orientador e informador, ante el vacío peligroso que se  creó en esa trágica ocasión.

Muchos analistas atribuían al auge de los talk shows, como El Gobierno de la Mañana, a la desaparición de los noticieros tradicionales, como Radio Mil Informando, Notitiempo y Noticiero Popular. 

Sin embargo, los radiodifusores locales son los responsables de esa debilidad del medio, ya que en momentos de apremio prevalece una cobertura bien montada que ofrezca información procesada con buenos criterios.

Insisto, tras el terremoto en Haití, ninguno de los medios que saturan con opiniones cumplieron su misión y compromiso de servir información oportuna y esa es una debilidad que aún no supera nuestra radio.