domingo, 11 de marzo de 2012

Mientras aquí desdeñan las contrapartes, Natalia en Puerto Rico tuvo como invitado a Victor Manuelle

Natalia Jiménez derrocha talento y naturalidad en el Choliseo

Dicen que las cantantes femeninas tienen problemas
en Puerto Rico
En tiempos en los que las mujeres cantantes la tienen difícil para conquistar al público puertorriqueño, Natalia Jiménez demostró la noche del sábado en el Coliseo de Puerto Rico, en Hato Rey, que sólo basta con poseer talento vocal, espontaneidad y estilo propio para ganarse el fanatismo de un sector de la audiencia.

Sonriente la mayor parte del tiempo y generosa con besos y comentarios, la vocalista interpretó 14 canciones del grupo del que fue vocalista por casi una década, La Quinta Estación, y cuatro temas de su álbum homónimo con el que debuta como solista: Por ser tu mujer, Escúchame, Enciérrame y Hay amor. Pero no estuvo sola, pues en casi todo el repertorio de 21 números la acompañó gran parte de los espectadores que llenaron poco más de tres cuartas partes del Coliseo.

Si se establece la hipnosis como metáfora de lo que hizo Natalia Jiménez con el público, entonces su péndulo es el potente vibrato de su instrumento vocal, y las palabras de manipulación corresponden a las letras de sus canciones, alusivas al amor y el desamor desde una perspectiva femenina, según las convenciones sociales. Así, el deleite de la música acompañó la satisfacción de la identificación entre las cientos de mujeres que se observaban emocionadas en los asientos.

A esta fórmula se sumó su actitud desafíante, reflejada en la falta de miedo al pedir ayuda cuando la emoción la alejó del tempo –casi imperceptiblemente– al cantar La frase tonta de la semana; y la libertad de añadir accesorios anómalos a su vestuario negro, como una falda de ballerina, un chal amarillo y un sombrero de mujer cívica fucsia.

Como si siguieran el recorrido de una serpiente, pero en el aire, sus guantes negros zigzagueaban mientras en su rostro una sonrisa luchaba por contenerse cuando la cantante entró al escenario a las 9:40 de la noche.

“Estoy un poco nerviosa porque es la primera vez que estoy aquí solita, ya no con La Quinta Estación, sino yo solita. Yo, hace unos años, dije un día que me voy a tener que presentar aquí yo sola, y ese día ha llega’o, y todavía no me lo creo. Os agradezco que seáís parte de este día tan especial porque es irrepetible. Ya no va a haber un día como hoy”, saludó la intérprete sin miedo a esconder los rasgos lingüísticos de su español peninsular.

“Ésta es mi canción favorita y me emociona mucho, así que perdónenme si se me sale alguna lagrimita”, confesó estrechando los hombros y alzando las cejas en signo de resignación, como si tuviera que pedirle perdón a sus fanáticos, antes de La frase tonta de la semana.
Interacciones como ésta se añadieron a su costumbre de gritarle: “Guapa!” a las chicas durante el show, sustentado además por una banda de 12 músicos dirigidos por Francisco Javier Barrera.

“En serio? Los traigo pero mal. Me he aprendido todos vuestros dichos, los buenos y los malos”, acotó en tono de broma sentada en su sofá antes de entonar Hay amor, cuando ya ella y los espectadores se relajaban un poco de la melancolía de Recuérdame y la euforia de Daría. Su gesto de comicidad fue delatado por un close-up de las tres pantallas gigantes de esta producción de Paco López, un recurso también utilizado en los actos de apertura a cargo del popero mexicano Fedro y el cantautor boricua I-Zaak.
“Yo me la como!”, añadió cuando la niña artista Isabella Mia, concursante del programa dominguero Ahora es que es (Telemundo), cantó versos de Algo más con ella.

En la palma de la mano
Como toda buena primera vez en el Coliseo, los requisitos de la bandera puertorriqueña, un invitado boricua y el tema Preciosa se cumplieron a cabalidad. Así, Víctor Manuelle rescató con su ricura salsera a la vocalista cuando ésta olvidó una pizca de la letra de El cantante, lo que la preparó para impartir solemnidad con Preciosa.

La solista ya había honrado a su patria, España, con pinceladas y baile flamencos en el número Enciérrame. El único país que le faltaba por honrar era México, otra plaza importante de su carrera, así que Me dueles, El rey y parte de El sol no regresa tuvieron acompañamiento de mariachi.
A las 11:30 de la noche, Natalia Jiménez cerró su concierto como lo inició: con una amplia sonrisa que no dañó ni un ápice de las notas de Me muero, no sin antes besar el suelo.(Primera Hora)

4 comentarios:

  1. Estan Dificil Contenerce a Hablar de Politica? Las personas deben tener control de Si mismo.

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  2. Y si Dnilo quiere sonar, dejenlo, el 20 de mayo se va a saber y punto

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  3. Tremendas piernas tiene Natalia Jimenez

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  4. Pero cuando uno abre la página tiene que oir aunque no quiera a esta cantante, no sería mejor que sea por su propio deseo que uno lo haga?

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NIURKA BAEZ,
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