martes, 6 de marzo de 2012

¿Qué fue de la vida de Gabriel García Márquez en los últimos meses?

La última vez que participó de un evento público una camisa celeste rompía con el imperante color negro de su atuendo.

Era marzo del 2011 y en la Ciudad de México lo acompañaban Larry King, Felipe Calderón, Carlos Slim y un centenar de curiosos. Quizá fue allí, durante la inauguración del Museo Soumaya, que la prensa le perdería el rastro. Estuvo presente, cumplió con el ritual de cortar el listón, pero no dio discurso alguno.

De un tiempo a esta parte, Gabriel García Márquez no da entrevistas porque se ha cansado de inventar respuestas para un cuestionario que parece invariable en el tiempo y eso fertiliza el campo de los rumores. En los últimos años se ha justificado con argumentos diversos su aislamiento y su silencio literario.

Los más mezquinos aseguran que, como la mayoría de escritores que han superado los 60 años de edad, concebir una gran obra se le hace imposible.

Los alarmistas atribuyen, por su lado, un mal de Alzheimer implacable con su creatividad. Los incondicionales, finalmente, confían en la impresión de una nueva novela llamada “En agosto nos vemos”, cuyos dos primeros capítulos fueron publicados por la revista “Cambio” en el 2008. Nada parece definitivo en la historia reciente de este autor.
En la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano –fundada y presidida por García Márquez- aseguran, a través de un breve correo electrónico, que no se tiene programado contar con la presencia del escritor en alguna de las celebraciones que se llevarán a cabo hoy por su aniversario.

Carmen Balcells, la agente literaria del colombiano, explicaba ayer en conversación con Darío Arizmendi de Radio Caracol que esto se debía a su estado actual. “Gabo está un poco pachucho (delicado) y yo le atribuyo eso a la edad”.

La agente dijo también que no había conversado con el autor y que lo haría hoy marcándole al “número secreto al que siempre contesta”. Una vez más, García Márquez establece sus fronteras.
Desde Colombia, algunos editores culturales relatan la relación del Premio Nobel con la prensa: “Viene una o dos veces al año, siempre a escondidas, a su casa en Cartagena. No tiene mayor relación con alguien acá. Su gran amigo es (Álvaro) Mutis, que también vive en México”.

En los últimos años, los viajes de García Márquez, antes divididos entre sus residencias de París, Bogotá, Cartagena y México DF, se han concentrado en este último destino.
Allí es precisamente donde se encuentra actualmente el escritor y donde lo visitan sus amigos y editores. Uno de ellos, Cristóbal Pera, de Random House Mondadori. Con él, según relató Balcells, viene trabajando desde hace mucho en el final de “En agosto nos vemos”, un final que ha retrasado por más de cuatro años el lanzamiento del libro.

“Tienen no sé cuántas versiones para el final. Yo también tengo la mía. Nos pasamos la vida hablando de esa novela y no sabemos cuándo se publicará o si es que se publicará. En todo caso, mientras haya vida, hay esperanza”, aseguró la verdadera Mamá grande de García Márquez.

La última ficción que publicó el colombiano fue “Memoria de mis putas tristes”. Hablamos del año 2004. De eso ya ocho años atrás. Un lapso de tiempo que resalta en la obra de un autor que, en sus épocas más fructíferas, no dejaba pasar cinco años entre libro y libro.

Quizá por ello en el 2010 se recopilaron una serie de disertaciones del narrador en una publicación titulada “Yo no vengo a dar un discurso”. La obra se promocionó como el “fin de la espera por un nuevo título de Gabo”; sin embargo, ¿lo fue realmente?

Un as bajo la manga podría tener el colombiano: una novela romántica con, hasta el momento, cinco capítulos terminados. El periodista Darío Arizmendi dijo haberla visto y oído narrada por el propio García Márquez. Claro, esto no implica que finalmente se vaya a publicar o, siquiera, a terminar. Mientras tanto, hoy se pondrá a la venta un formato digital de “Cien años de soledad” a través de la editorial electrónica Leer.es. Y se tiene prevista una nueva antología con los trabajos periodísticos del escritor. La aparición de material inédito es incierta. Todo depende de la vida, como dice Balcells.(FUE)

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