jueves, 19 de abril de 2012


La propina no es un impuesto, pero sí lo parece en la práctica

La propina legal que pagamos cuando consumimos alimentos y bebidas en restaurantes y bares no es un impuesto, aunque así lo parezca, sino que se trata del pago por un servicio que es prestado por los empleados de esos centros.
En efecto, mientras los impuestos son pagados para satisfacer las necesidades públicas y hacer inversiones de interés general, ingresando al Gobierno o sus instituciones, la propina obligatoria es regulada por el Código de Trabajo, ingresando a los bolsillos de los empleados del sector gastronómico y es utilizada y gastada por sus perceptores para usos particulares, en la forma que ellos consideren.
Señala el artículo 228 del Código de Trabajo que “en los hoteles, restaurantes, cafés, barras y en general, en los establecimientos comerciales donde se expende para su consumo en esos mismos lugares comidas o bebidas, es obligatorio para el empleador agregar un diez por ciento por concepto de propina en las notas o cuentas de los clientes, o de otro modo que satisfaga dicha percepción, a fin de ser distribuido íntegramente entre los trabajadores que han prestado servicio”. 

Sin embargo, es preciso señalar que la propina obligatoria, si bien ingresa en los bolsillos de los empleados del sector gastronómico, no forma parte del salario de estos y por ende no se toma en cuenta al momento de liquidar sus prestaciones laborales.
La gran ventaja que tiene la propina obligatoria es que en teoría se trata de un ingreso adicional para los empleados gastronómicos, aunque en la práctica estos empleados reciben bajos salarios, pues trabajan más por las propinas que por el salario, con el consecuente beneficio para el patrono.
La desventaja de la propina obligatoria es que encarece en un 10% adicional el costo del servicio, sin importar que el servicio sea bueno o malo. Además, es común que también el consumidor entregue una propina voluntaria, duplicando a veces el costo del servicio.

Es por lo anterior que casi siempre que vamos a un bar, restaurant o café oímos a alguien que al recibir la cuenta dice: “Un 31% de la cuenta es de impuestos, o sea un 16% de Itbis, un 10% de propina obligatoria y un 5% de propina voluntaria”, aunque en realidad no sea así. De todos modos queda claro: la propina no es un impuesto.(Edgar Barnichta/Listín Diario)

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