Joseph Cáceres

Con lo primero que nos "dieron duro" los españoles "conquistadores" y "colonizadores" fue con nuestras mujeres indígenas... tan bonitas que eran. Diferente a las "blancas jipatas`' que ellos conocían en España. Ellos se "volvieron locos" con las indias nuestras y se las conquistaron a los aborígenes con espejitos y otras "vainitas",  porque para "casquivanas", búsquenlas. Y pensar que por esa maldita herencia continúan muchos españoles "boca jedionda" agarrando a tantas mujeres dominicanas que, ya no tienen cara de indias, sino de ¡diablas.!

¡Los indios, los mismos indios!

Nos cuenta un amigo que este viernes estuvo  de compra un uno de los principales supermercados del país, donde se anunciaba, (sólo por el día), un especial de vinos, en su mayoría españoles.

Se sorprendió de que  vinos con un precio de más de 400 pesos la botella, los tenían en especial a 150 y 175 pesos. Una verdadera ganga, y un verdadero "gancho".  Porque adquirió varias botellas para "aprovechar el especial", y en su casa, cuando abrió la primera, le salió el mismo diablo. Un vino pasado, avinagrado, que ni siquiera servía para cocinar. ¡Buenísimo que te pase!, le dije.

Y es que, señores, cuándo es que van a entender que esos "especiales" no son más que un recurso para salir de muchos productos vencidos o defectuosos?. Digenor a cada momento decomisa productos vencidos, pero no puede descartar vinos y bebidas alcohólicas que se traen dañados desde sus países de orígen, porque consideran que ésa es un årea donde se practica aquello de que "el que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe a gloria". Y por ello en eso no se meten. Además de que esas bebidas no vienen con fecha de vencimiento, por aquello de que mientras "más viejas, mejores". Y ahí es que está el problema. Cómo descartar por  vejez un producto que se promueve con aquello de que "yo soy como el vino, mientras más viejo, mejor"

Así serían todas nuestras
 mujeres, si los españoles
 no las acaban, y los haitianos
no hubiesen venido a dañar
 la cosa.

Esos vinos se envasan con defectos que luego se detectan y hay que salir de ellos. Es parecido a los problemas de los automóviles y de las gomas, que luego de salir al mercado hay que recogerlos (recall) para corregir algunos defectos. La diferencia está que los fabricantes de automóviles son rigurosamente fiscalizados por el tema de la seguridad, mientras que en las bebidas alcohólicas rige la Ley de "salvese quién pueda", ya que de antemano  están obligados a decir que "el consumo de alcohol perjudica a la salud".

El que compra en esos especiales creyendo que va a encontrar calidad no es más que un "zoquete full time", porque ya hemos dicho que en materia de vinos son un engaño. Que los importadores de vinos del país compran cosechas dañanas, porque así se lo exigen las casas suplidoras, para salir de ellas, y venderlas a precios baratos a los "indios" dominicanos. Están igual que algunos comerciantes,  que cuando escasea un producto de primera necesidad, y ellos tienen en existencia, obligan a que les compren otros, porque de lo contrario no le venden. En el caso de los productos caducos o vencidos, los peores en ese asunto son los españoles.  Los mismos que llegaron a la isla  en las tres carabelas,  que intercambiaron con nuestros aborígenes pepitas de oro por espejos. Esos españoles importadores y dueños de supermercados siguen en la misma práctica de cambiarnos "pepitas de oro por espejo"s, porque al final de cuenta, seguimos siendo los mismos pendejos.