Joseph Cáceres

Mirando un país en crecimiento

El sueño eterno del Proyecto Sansouci

Cuando se anunció el propósito de  aprovechar Sansouci para construir un proyecto turístico, luego de trasladar la base de la Marina de Guerra a otro lugar, nunca nos imaginamos que sería tan lento el proceso.

Ha sido necesario construir una nuevo puerto en Andrés, Boca Chica, que ha sido peor que una transfusión de suero de miel de aveja.

El traslado de la base marina ha tomado casi 15 años, algo inexplicable, porque a decir verdad, qué tanto trabajo  da trasladar los dos o tres barquitos viejos y lanchas  "rápidas"que conforman la dotación  de la Marina de Guerra dominicana.?.

Barcos de verdad había aquí en la Era de Trujillo, cuando República Dominicana  fue la gran potencia militar de El Caribe, con centenares de aviones de combate, no la docena de Super Tucanos de ahora, de la que tanto se habla ahora, como si fueran la gran cosa.

Aquí habían batallones blindados, con tanques, carros de asalto, tambien por centenares, barcos destructores, con un poder de fuego impresionante.

Una fábrica de armas, que ni los grandes países tenían, con técnicos traídos de Alemania, Hungría, Italia, que fabricaban la famosa ametralladora Cristobal y los célebres revólvers Enriquillo, que la gente desacreditaba,  porque se calentaban, y después de disparar varias veces, era necesario dizque entrarlos en un cubo de agua para que se enfriaran. Era un chiste de la gente, para desacreditar un producto criollo.

Sin embargo cuando viajamos a Colombia a participar en un festival de teatro con el Teatro Universitario de la UASD en el 1969 se necesitaban para el montaje dos ametralladoras, y el ejército colombiano nos prestó dos carabinas Cristóbal, fabricadas en la República Dominicana, porque el país nuestro era hasta exportador de armas fabricadas aquí.  ¡Qué orgullo, vean qué vaina!.

Wao, me aparté del tema. El caso es que en Sansouci hay un fabuloso proyecto que no se ha iniciado porque el trasladado de la base de la Marina que allí opera, ha sido muy lento.

Es como si los marinos no quisieran salir de allí.

Y se comprende, porque es un lugar con una vista de la ciudad inigualable, donde los oficiales se reunen en un club que allí opera, a escuchar música, a bailar, y a disfrutar de las mejores parrilladas de maricos y carnes, a precios populares, que se puedan ustedes imaginar.

El que ha ido a Sansouci como invitado sabe de lo que estamos hablando.

Pero  todo eso se quiere aprovechar de otra manera.  Que no sean solo los marinos quienes ocupen ese importante espacio de tan amplio potencial turístico.

Los marinos pueden seguir con su base, con su club, y con toda su chercha en  el recinto  que, me dicen, ya les han terminado en Andrés. No tan lejos de la ciudad, pero más cercanos de donde deben estar.

Este no es un país que está en guerra, y las bases militares deben estar en lugares donde puedan controlar el narcotráfico marítimo o aéreo, los viajes ilegales, y demás, pero no en la ciudad.

El espacio de Sansouci debe ser  abandonado por los marinos ya.

Así se podrá iniciar el proyecto turístico que pueden ustedes ver en las maquetas fotográficas que ilustran este comentario.