Duelo de vaqueros
Marcos de Córdoba, el célebre Sheriff Marcos de la
televisión infantil de los años 70 y 80 es de nacionalidad cubana.
Otro nacional cubano lo era José Manuel Fuentevilla, quien
regenteaba el restaurante Rancho La Campana de la Avenida 27 de Febrero.
El mismo estaba decorado a la usanza de los ranchos del
Viejo Oeste, con sillas de caballos, mesas de madera, y hasta palos para
amarrar los caballos.
Todos los camareros y camareras vestían de vaquero en
el rancho, lo mismo que la cajera,
y por supuesto el jefe Fuentevilla.
El establecimiento tenía un anuncio que se hizo muy popular,
donde aparecía Fuentevilla con su traje de vaquero diciendo el eslogan de "El Rancho la Campana es un Tiro", al tiempo de
desenfundar su revolver y hacer un disparo al aire.
Ese comercial era difundido en los programas "Nosotros a las Ocho", con Freddy Beras y Yaqui, así como El
Gordo de la Semana.
EL SHERIFF MARCOS, AL IGUAL QUE CAVADA AHORA, TENIA "SU TRUCO" PARA SEDUCIR A LA AUDIENCIA INFANTIL |
No se sabe por qué motivo el Sheriff Marcos y Fuentevilla mantenían una rivalidad que llegó al plano de la enemistad.
Los dos cubanos no se podían ver y se "acababan"
mutuamente en corrillos y círculos de amigos.
En una ocasión llegó a los oidos del Sheriff algo que había dicho Fuentrevilla que
ofendía su honor.
¡Hasta aquí llegamos!. Proclamó a viva voz el Sheriff
Marcos, quien desafió a Fuentevilla a un duelo,para que de una vez y por todas
el asunto se resolviera entre hombres.
La farándula de la época tembló, y la noticia se corrió de
que el Sheriff Marcos había retado a un duelo a muerte a Fuentevilla.
Mucha gente estaba preocupada por la situación y trataron de
intervenir para evitar un "desenlace trágico".
Un grupo fue donde Fuentevilla y le pidió que se retractara
de las palabras que había dicho en contra del Sheriff, pero este se negó y
proclamó que aceptaba el duelo.
Lo propio hicieron con el Sheriff, quien plantado en dos,
dijo que los hombres se respetan, y que estaba dispuesto a defender su honor
con su propia vida, y que uno de los dos quedaría vivo para contarlo.
Una verdadera connmoción en aquellos tiempos, que puso el
ambiente al rojo vivo.
Y el Sheriff cumplió su juramento y se presentó al rancho La
Campana a batirse a balazos con Fuentevilla.
¡Pero van a dejar que se maten!, decía alguien. Las
autoridades deberían intervenir", dijo otro. "Hay que buscar a
Monseñor Beras para que arregle esti", proclamó otro
Nada detuvo al Sheriff ni a Fuentevilla. El Rancho la
Campana olía a sangre, y hasta la clientela del establecimiento, especializado
en carnes, "hizo el limpio" para evitar resultar muerto o herido con
la balacera.
Fue así como los dos vaqueros se encontraron de frente, al
estilo del viejo Oeste. Los camareros y la cajera se escondieron, tratando de ponerse a salvo. Era un
momento de mucha tensión.
El Sherriff y Fuentevilla, estudiandose cada uno y vigilando
lel mínimo movimiento de la mano para ver cuál de los dos desenfundaba y disparba
primero.
Hasta que ¡pum pum!, sonaron dos disparos casi al mismo
tiempo.
Todo el que estaba agachado levantó la cabeza para ver cuál
de los dos era el muerto y quien había
ganado el duelo.
¡Pero habían olvidado que los duelistas lo que portaban eran
revólveres de juguete, de los que los Santos Reyes y SantaClaus les dejan de
regalo a los ñinos en Navidad.
Que Fuentevilla y el Sheriff en la caracterización de sus
personajes lo que usaban era revolver de mito.
Los muy tunantes con ese duelo hicieron el mejor show que
cualquiera se pudiera imaginar.
El duelo sirvió de entetenimiento a la gente y a la
farandula de ese tiempo.
Qué bueno sería que los duelos de ahora fueran iguales al
del Sherif Marcos y Fuentevilla.
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NIURKA BAEZ,
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