Arte Nacional
Por Joseph Cáceres
josephcaceres89@gmail.com
El que no quiera que se
sepa...
A principio de los años 70 cuando empezamos a escribir de
arte en este diario, no existía la internet, los teléfonos celulares, la
televisión por cable ni la modalidad de conseguir fotografías subrepticias como
parte de un oficio, como lo hacen hoy día los denominados Paparazzis, que viven
de eso como verdaderos profesionales del llamado "cotilleo" o
chismes, como le dicen en España.
Existía el chismoteo, claro está, con la modalidad de los
programas como "De Todo un Poco" , de Mundito Espinal, con la Gallega
Ana María Arias, y su eslogan de que "el que no quiere que se sepa, que no
lo haga". Máximo Polanco y Natasha López, con su "computador de la verdad", y el poeta José
Jiménez Belén y Emely Tueni con su Bambalinas.
Todos ellos como herencia de Rafael Tavárez Labrador, Don
Paco Escribano y su famoso
programa vespertino de los años 50 donde se desnudaba la vida de la sociedad de
aquellos tiempos.
El alegato de los artistas para defenderse de los chismes era
que "no había derecho a inmiscuirse en su vida privada".
Protagonizaban escándalos, se embriagaban, se peleaban,
golpeaban a sus mujeres, y luego no quería que eso que hacían se supiera porque
con ello "se invadía su intimidad".
Ahora ocurre que con los avances de la tecnología todos
están expuestos a la exposición de las redes sociales, a las cámaras
fotográficas de los celulares y videograbadoras , y son los mismos artistas
quienes suben a Twitter y a sus Faceboook sus fotos personales, o detallan el
más mínimo movimiento de sus actividades personales, como parte de un nuevo
estilo de exposición pública.
Algunos llegan tan lejos que realizan filmaciones o se dejan
fotografiar desnudos o en actividades amatorias, sin medir las consecuencias de
los hechos.
Frecuentemente
ese material comprometedor es subido a las redes cibernéticas, por gente
que han participado de las mismas, por despecho, o con el deseo expreso de
hacer daño.
Y de nuevo el viejo alegato de que se "trata de una
invasión a su vida privada".
Se exponen, escandalizan con sus actos, incurriendo a veces
en hechos contra natura, en sodomazoquismo, y todo está bien , para ellos...Lo
malo está en que se sepa.
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