domingo, 29 de julio de 2012


ARTE NACIONAL
Por Joseph Cáceres
josephcaceres89@gmail.com


ASI SI ES BUENO....

Es una actitud y un comportamiento recurrente el que se manifiesta  en nuestra sociedad, buscando siempre un culpable  en situaciones que deberían ser asumidas con una responsabilidad compartida.
Se quiere achacar la culpa de la violencia de género y el auge de feminicidios a la llamada música urbana, y a los exponentes del "hip-hop" y el "dembow" criollo, por el hecho de que en sus letras articulan un lenguaje violento en contra de la mujer, y dicen otras boberías que forman parte de los códigos y la jerga de la muchachada irreverente de estos tiempos.
Muchachos que vienen del seno de los hogares  de muchos de los que se escandalizan con su comportamiento ligero y el rompimiento con normas y conductas sociales que no les fueron inculcadas del todo bien en el seno paterno.
Pienso que es exagerado el buscar el orígen del problema en las letras de algunos de esos adefesios que la juventud consume como música y arte.
Si así lo admitiéramos, habría que ver qué hacer con toda la lírica barata que los padres de estos muchachos consumienron en el pasado, en merengues como "La Soga", "Dale un Palo", "Mátala", y otros temas que fomentaban la violencia de género, como la de aquellos mariachis y rancheras machistas que se escuchaban en los programas  mañaneros como México y sus Canciones  y otros en  la radio de los años sesenta.
Hasta mangulinas habían donde se expresaba el machismo del campesino y su agresión contra la mujer criolla, sin que nadie dijera nada.
Eran merengues para bailar tanto en las enramadas con piso de tierra, como en los grandes salones de los clubes sociales, con orquestas como la Santa Cecilia y la de Rafael Solano, donde no faltaban algunos de doble sentido como La Gotera de Juana, El Pichoncito que se Murió Parao, y El Disco Rayao.
Y como vivimos en una sociedad hipócrita, los males que antes existían en el pasado, son cosas solo de esta juventud  "descarriada" del presente. ¡Así si es bueno!

3 comentarios:

  1. zorro y ni hablar del merenge aguel del caballo gue dice mucha dile a tu mama gue te dejes ir ala fiesta y si no te deja ir dale un palo gue se muera dale duro gue ella cae etc.. pero los gue o tienen nada gue hacer hablan shit como 100pre

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  2. Amén! Mucha gente necesita leer esto. Tenia que ser dicho. Esta si que ha sido una reflexion honesta.

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  3. Zorro, comparto tu punto de vista en un porcentaje no mayor a lo estipulado por el pensamiento silente. Es cierto que desde que el arcoiris era de dos colores, aqui han existido merengues o letras subidas de tono. Pero mira, me luce que lo del caballo Ventura, bien puede atribuirse a la jerga Boricua de darse un PALO, a un trago. Pero pueden haber mas variantes.

    En aquel tiempo esas letras venian acompañadas de musica 'bailable', hasta cierto modo muy bien instrumentalizada.

    Pero desde hace 15 o 20 años aca, el pais ha experimentado un deterioro social que va en aumento gradual, a tal punto que mete miedo solo el pensar en como serian los proximos años venideros.

    Las letras pueden ser 'picantes', mas la musica de fondo altera el sistema nervioso central. Solo hay que comparar como se comporta el publico que asiste a un concierto admirando ese genero, y los que asisten a otro con musica armonizada aunque lleve letras calientes.

    Creo que si, que la musica de ahora tiene una cuota de responsabilidad en la escalada de violencia general, y en especifico la de genero intrafamiliar.

    El internet ha jugado un papel preponderante para que se le abran los ojos a muchos que no tenemos materia gris compacta.

    En sintesis, este lio violento, es como un plato de espaguetis, en donde uno no sabe, donde esta la otra parte de la cabeza de una flema de la pasta.

    Me cuentan que en colombia causo mucho asombro, una salsa que tiene este estribillo (Matala, matala, matala, matala, no tiene corazon mala mujer). Igual paso en P.R con el Venao de Ramon Orlando, pero no asi tanto como para estimular violencia colectiva contra la sociedad y la mujer.

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