domingo, 29 de julio de 2012

LECTURAS DOMINICALES


Un hecho histórico y sin precedente...
Tremendo trabajo el que le "encasquetan" a uno los relacionadores públicos y encargados de prensa, (muchos de ellos inexpertos o improvisados), que envían notas a los medios para su publicación.
No sólo por la lucha que se coge corrigiendo la cantidad de faltas ortográfias que cometen, (pues de no ser así comprometen la imagen, la calidad y el prestigio de quien las reproduzca), sino también por la cantiad de adjetivos y expresiones grandielocuentes  con que rellenan las mismas, creyendo que todo el mundo es un tonto útil, que va a publicar todas sus exageraciones.
La expresión más recurrente es la de considerar todo lo que describen como un "hecho histórico y sin precedentes".
Todo lo que expresan de las actividades, programas o artistas que promueven es grandioso, soberbio, magno, mega, extraordinario, histórico, fuera de serie, magnífico, super, sensacional, super sensacional, super extraordinario, super grandioso, mega extraordinario, etc.
Eso sin contar las exageraciones en cuanto a la concurrencia en algunos bailes o conciertos.
Siempre abarrotan, llenan a toda capacidad, rompen récord o dejan gente fuera. A veces hablan de cifras que  superan el aforo del local.
Lo peor de todo es que en los medios hay gente sin criterio y muy mal formada, que sin aplicar un cedazo o filtro publican todas esas pendejadas que parecen notas pagadas,  y que no responden a la verdad, haciendo vulnerables periódicos, y programas de radio y televisión dignos de mejor suerte.
Lo primero que deberían pensar es que hoy día los mejores reporteros suelen aparecer en el mismo público que va a los conciertos, que desde la misma sala "twittean" con fotos y detalles lo que está ocurriendo en el lugar al instante. Son también los mejores "paparazzis" con las cámaras de sus teléfonos móviles, que también graban videos para subir de inmediato a YouTube.
Antes de que los relacionadores públicados "amañados" y "engañosos" redacten y envíen a los medios sus mentiras, ya la gente ha colgado en la red las imágenes y palabras de la verdad de los hechos.
El daño mayor se hace cuando al día siguiente aparece en un periódico un escrito exagerado y mentiroso diciendo todo lo contrario de lo que la gente que estuvo presente vio en el lugar.
Flaco servicio que se le hace a la comunicación, poniendo de ridículo  medios, cuyo principal aval y misión debe ser la capacidad de poder crear opinión pública, que es una cosa diferente y más importante que el mero oficio de informar.
Informar puede cualquiera, pero crear opinión público no lo puede hacer todo el mundo. He ahí la diferencia.
De ahí que periódicos como The New York Time, Washington Post, El País, por solo citar tres, posean una base de sustentación y de credibilidad tan grande, que son capaces de hacen tambalear con lo que dicen no solo a gobiernos, sino a también los sistemas.
Su capacidad de crear opinión pública en base a su credibilidad es su principal fortaleza, lo que no se consigue, por supuestos, bajo los regímenes totalitarios, que lo primero que controlan es la prensa.
Cierto es que no podemos comparar nuestra sociedad y sus medios con aquellos grandes pilares de la comunicación, pero no sería mal ejercicio observar en qué sustentan ellos su fortaleza ante el público.
Bueno, nos hemos extendido un poco en torno al tema, pero como habrán observado, siempre tratamos de aprovechar cualquier asunto para de alguna manera  llevarle a la gente que nos lee una visión más amplia de lo aquí tratamos, con datos o referencias históricas que sirvan de ilustración, no con la finalidad de dar clases a nadie.
Volviendo a las notas mal hechas y exageradas, en modo alguno pretendemos que los que se ganan la vida de esa forma pierdan su trabajo.
Lo que deberían hacer es ponerle la cosa un poco más fácil a los medios.
Es duro tener que agarrar un escrito  para corregirlo palabra por palabra o redactarlo de nuevo para hacerlo publicable, porque con eso obligan a uno a hacer el trabajo por el que le pagan a ellos. Y no es justo que con tantas complicaciones de trabajo en el día a día, tenga usted que arreglar diez o doce notas que le llegan a veces al mismo tiempo,  sobre actividades diferentes.
Es cuanto... 

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NIURKA BAEZ,
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