sábado, 18 de agosto de 2012

Lecturas sabatinas



Carros presidenciales...
Mientras Danilo Medina llegó a su juramentación a la sede del Congreso en un BMW, Leonel Fernández lo hizo en un Lincoln Towncar, que siempre ha sido su vehículo favorito, a pesar en que en sus actividades oficiales, viajaba siempre en una jeepeta, y montado delante, no detrás.

Lo de Danilo en el BM llamó la atención, pues aunque se trata de un vehículo de lujo, no "tiene pinta presidencial". Hugo Beras, que es especialista en vehículos, lo puede decir con mayor certeza.
Danilo en su BMW

Pero, lo de Danilo no es casual. Lo más seguro es que con ello quiere mandar un mensaje de austeridad, que es precisamente parte de su filosofía y temperamento habitual.

En eso puede que hasta se parezca un poco al profesor Juan Bosch, que cuando se juramentó como presidente de la República, brindó ron con agua de coco, en vez de champagne.

Rompió con ello con todo el glamour y el caché, y eso fue lo que bebieron los invitados internacionales que llegaron a la toma de posesión. Eso si, que estaban los lambones o mejor dicho lambiscones, haciendo "bembitas".

Juasn Bosch durante los siete meses de su presidencia desechó la pomposidad de los carros "pezcuezo largo", como como le llamaba en sus alocuciones.
Lincoln de Leonel
Por cierto, cuentan que cuando Leonel salió de la juramentación  de Danilo, que se fue apenas con su ayudante, lo hizo tranquilito, sin el aparataje de cuando era presidente, teniendo que pararse en los semáforos como un ciudadano cualquiera.
Temo que le será difícil acostumbrarse. Ustedes saben lo que es durar tantos años  trasladándose en una caravana  presidida por franqueadores, con una hilera de policias especiales en cada esquina, dirigiendo el tránsito, para que el ejecutivo no se detuviera en ningún sitio, y  ahora estar bregando en las esquinas con choferes de carros públicos, (de los de Hubieres que son los más plebes), entre guaguas "voladoras", autobuses amarillos de los que dicen "School Bus" sin llevar ningún estudiante, carretas de haitianos tiradas por caballos cargadas de plátanos o limones, motoconchistas, "deliverys".? No ombe no. Soy yo, y me voy un tiempo fuera, para que nadie me vea, hasta que no baje la marea de la pérdida del "glamour" presidencial y las distinciones.

Siguiendo con los vehículos, a Hipólito le gustaban las jeepetas Ford. Una vez en una inauguración en Villa Mella invitó al Torito a que se fuera con él, dizque para "que llegara rápido", ya que la caravana presidencial no se detiete en ninguna parte. Para ir ligero,  pero también por un tema de seguridad. (Para matar a Anastacio Somoza, su vehículo fue interceptado con un obstáculo que detuvo su tránsito, lo que fue aprovechado para dispararle y hacerle blanco con una bazooka).
El caso es que el Torito se subió con Hipólito, y  dice que llegó en un santiamén.
Fue la vez aquella en que Hipólito mandó a que le compraran una funda de chicharrón con "fritos verdes" (tostones), y se le fue "abrochando" en todo el trayecto de retorno al palacio.
Dice El Torito que se tuvo que comer un pedazo, y que a Hipólito solo se le oía el "craki craki, craki" masticando los cueritos.

Los carros presidenciales en la época de Rafael Trujillo eran los Cadillac y también los Oldsmobile. Pero solo los usaba para los actos oficiales.
Trujillo se tiraba a los barrios en carros pequeños, con los vidrios entintados, sentado detrás para que nadie se percatara de que era él. Andaba sin escolta. Lo hacía para supervisar personalmente  las obras que ordenaba construir.

No es de extrañar que lo ajusticiaran viajando como un ciudadano cualquiera, en un sencillo Chévrolet Bel Air.
El auto de Balaguer, que hoy se exhibe en un museo
Uno de los presidentes más "ñono" con su carro fue el doctor Joaquín Balaguer, quien por 30 años mantuvo su carro LTD y nadie se lo hizo cambiar.
Se recuerda que en una de sus juramentaciones como presidente de la República, Jacinto Peynado  que era importador de vehículos, y el concesionario de la Delta Comercial, le regaló un vehículo nuevo, para que dejara su viejo LTD y se montara en un carro más moderno.
Pero Balaguer le dijo que no. Que él deseaba seguir en su "carrancho", (que no era carrancho nada) que él se sentía cómodo con su carro.
Lo que hicieron fue reacondicionarlo, reforzarle el blindaje, y  ahí siguió el doctor Balaguer por todas partes con su carro pasado de moda, qud algunos criticaban, como queriendo que el doctor anduviera  "briseando" en un Ferrari.

4 comentarios:

  1. Pero el BMW es mas caro que el Lincoln town car...el Lincolm solo lo usan los taxistas en USA

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  2. Y ese lincol de leonel son los quee usa las policia en la mayoria de los estado de usa.

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  3. Austeridad!

    Jaajjajajajajaaajaaja

    Bueno ya yo vi.

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  4. jajajajaja,la verdad que ustedes son jodones con hipolito abrochandose sus chicharrones con fritos es mas bueno que el carajo.

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