Joseph Cáceres

Los dominicanmos han asumido su metro como un símbolo de modernidad en el sistema de transporte, aún cuando alguna gente de mente atrasada, enemigos del progreso, se han opuesto rabiosamente a estos avances. Sin embargo, mirando bien las cosas, y aplicando una dosis de sentido común, no está de meas recordar que el sistema en realidad no es algo nuevo en la nación.

En el 1887 inició sus operaciones el ferrocaril Sánchez-La Vega, que originalmente fue concebido para llegar a Santiago, pero se quedó en La Vega. Fue una época de gran progreso y desarrollo para ambas comunidades, según registran los historiadores. De eso hace 100 años. No estaría de más mandar a los que se oponen al metro de ahora al pasado por el tunel del tiempo, para que se opongan a ese ferrocarril, para que hagan el trabajo completo. Mandar por ejemplo a Juan Hubieres con su barba, para que vaya a protestar porque el ferrocarril le quita trabajo a los cocheros. Que a lo mejor las autoridades de la época, al verlo tan raro "lo trancan", lo dejan en el pasado, y descansamos de él por un buen tiempo.