Joseph Cáceres

El lío del Casandra, desde Nueva York

Joseph

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Tú tienes mucha razón cuando dices que se debería buscar el diálogo con el conflito que han creado la familia Damirón. En todo tipo de diferencias entre individuos o organizaciones, pienso que la diplomacia debe ser el primer paso a dar. Muchas guerras se han evitado gracias a la diplomacia, y este siempre debe ser el Norte en todo tipo de conflicto. Ahora no creo que le toque a Acroarte, dar el primer paso para que eso se de, ya que la institución ha estado haciendo lo que la familia Damiron quería, no usar el nombre de su madre para el premio.
El pueblo dominicano ha aprendido a querer y admirar a Casandra Damirón, gracias a Acroarte, por lo menos las dos últimas generaciones para no decir tres. Fijate yo que nací al principio de los 60 no me acuerdo nada de Casandra Damirón. Los que creo que la conocían bien eran los que estaban en su apojeo en los años 40 y 50 en plena Era de Trujillo. En las declareaciones que se han visto de la familia Damirón, se siente cierto aire de grandeza y prepotencia, o quizás es enojo o rabia como si alguien los hubiera maltratado o humillado de muy mala manera.
No puede ser que por dinero esta familia cambie tan radical la igmagen que tiene el pueblo dominicano de ellos. Cualquiera que sea su propósito parece que están siendo mal asesorados. No sé como esta su situación económica pero si se empeñan en seguir con esa actitud le va a salir por mucho dinero y peor mucho sufrimiento. Desde el principio se ha sentido el respaldo del pueblo a la Asociacion de cronistas de arte, (ACROARTE) aunque algunos de los pasos de Acroarte quizás se hayan visto un poco precipitados.  El hecho es que montar un evento de esa magnitud en 7 meses se requiere de acción inmediata, si hay espacio para dialogo yo pienso que se debe de dar y quizás tú serías un buen enlace para eso. Encuanto a lo que tu dice de los ejecutivos de Ambev, realmente esa es la forma universal de la gente de éxito. Lo que pasa es que nosotros los dominicanos tenemos un gen especial para esas cosas y hacemos lo contrario y igual que los artistas o las personas que se desenvuelvan en la farandula. Quizás con muchas conferencias de Diego Sosa, podríamos mejorar un poquito, aunque entre nosotros encontramos algunas excepciones. Esto es simplemente mi opinión aunque soy miembro de Acroarte, éste no es necesariamente el sentir de la institucion o el Comité Ejecutivo. Vivo en Nueva York, y no he tenido ninguna participacion en todo lo que ha estado pasando. Sólo he estado observando desde afuer,

Gracias y un abrazo,

Miguel Angel Rodríguez, ex presidente de Acroarte en Nueva York.