PORTENTO DEL SAXO
Mario Rivera,un dominicano
internacional
Por Juan Colón
Nació en Santo Domingo en
el año 1939 República Dominicana, emigrando
a los Estados Unidos a la edad de
17 años.
Su visión la tuvo bien
clara desde su juventud. Sabía lo que quería y tenía que aprender a buscarlo.
Estaba consciente que para ser un buen artista del género del jazz iba a tener
que dejar atrás sus raíces musicales y su suelo natal para poder convertir su
sueño en realidad.
En los años sesenta
existían muy pocas orquestas de música latina. Unos cuantos líderes tuvieron la
oportunidad de empezar una revolución musical en esta ciudad.
Tito Rodríguez excelente
cantante y director de orquesta era una de las codiciadas agrupaciones para
cualquier músico, por su popularidad, calidad y profesionalismo.
Fue en esta orquesta donde
Mario Rivera comenzó a construir su nombre y
su destreza como músico.
Desde sus comienzos estuvo
consciente de la
necesidad de estudiar, de aprender, de ampliar sus horizontes,
en la
búsqueda de conocimientos.
Es imposible lograr dominar
el exigente mundo del jazz y al mismo tiempo
seguir tocando en bandas (en este
caso de merengue) y ser un merenguero
profesional de grabación. Estos dos
mundos exigen disciplinas totalmente
distintas. También en su forma de pensar,
él tomó la decisión de convertirse en excelente improvisador.
Hizo del estudio su
consagración. Tuve el honor de conocerlo en el 1970
aproximadamente, ese
año fue mi primer viaje a la ciudad de New York con la orquesta del maestro
Solano. Cuando lo conocí tuve una impresión muy
buena de él, su honestidad era
aplastante. Cuando tenía que corregirte lo
hacía sin reparo, pareciendo rudo en
muchas ocasiones.
Estuvimos en su casa unas
horas y lo escuchaba hablar y al mismo tiempo darme consejos. Durante los
siguientes años viajé a New York por un período de tiempo bien largo
antes de
decidir establecerme.
Entonces aproveché mis
relaciones con él,
convirtiéndose en mi gran mentor, mi maestro, el músico que
tanto me
estaba dando y siguió haciéndolo por muchos años.
Mario Rivera: Una
leyenda en toda Latinoamérica y en el mundo del jazz
tiene también su lugar….Y
lo más importante supo sobreponerse a innumerables dificultades de toda índole
para imponer sus ideales de ser un gran músico rompieron todas las barreras
convencionales de la sociedad.
El estudio era su vida logrando dominar sin
ningún tipo de problema, todos los saxos, la trompeta, el piano, la batería, el
bajo y para colmo de todo, también tocaba la tambora, de paso, muy
bien.
Estaba consciente que solo estudiando se lograban las cosas. Logró tocar
con
las figuras mas relevantes del mundo del latín jazz: Tito Rodríguez,
Tito
Puentes (su casa por muchos años), Mongo Santa María, Machito y
su Orquesta, Mario Bauzá, Ray Barreto, y muchos más.
Músico de la Orquesta de
Jazz de las Naciones Unidas, dirigida por el
prestigioso trompetista Dizzy
Gillespie, también en las orquestas de Count
Basie, George Coleman, Coleman
Hawking, Ray Santos, y muchos más. Su
inmenso talento lo consagró al estudio y
este estuvo por encima de todo.
Grabó un disco como solista de una orquesta
que se auto tituló como “El
Comandante”, pero, apenas con unas cuantas copias
al aire.
Mario logró ser un maestro
para todos los aspirantes a jazzistas en el mundo
latino y ha sido respetado
por todas las grandes autoridades del mundo de la
música popular en Estados
Unidos hasta la hora de su muerte en el 2007.
Mario es un ejemplo de
consagración, tenacidad, consistencia, valor.
Sólo una palabra puedo definirlo,
un consagrado. Dominaba todo lo que le resultaba difícil. Su tenacidad no le
permitía atemorizarse por nada.
Me enseñó a que no hay tonalidades
difíciles, solo practicarlo en orden
cromático para que el cerebro esté
preparado para enfrentar todo tipo de
desafío que pueda encontrar en el
camino.
No solo me lo enseñaba en la parte teórica también en la práctica. Su
honestidad lo llevó a muchas confrontaciones y nunca tuvo miedo de hacerse
sentir cuando alguien lo quería molestar de una forma u otra.
Aunque no fuera
de mucho agrado con otras personas, siempre mantuvo su
temperamento, su
libertad, su ideología.
Podría decir que con el estudio fue un hombre
obsesivo. Muy celoso con sus
pertenencias personales, libros, discos,
instrumentos. No le gustaba
prestarlo a ningún postor, por mas insignificante
que fuera el objeto.
Sus primeros conocimientos lo obtuvo con diferentes
maestros, para luego
crear una conciencia de todo lo que necesitaba y como
lograrlo.
Conocer las escalas, tocar
un poco de piano, tener una técnica excelente, escuchar a grandes solistas, eran
las prioridades de él, hasta que logró un nivel que ya podía seguir solo. Fue
su propio juez, siendo hasta cruel consigo mismo. Cada día se exigía más de si
mismo. Sabía a donde quería llegar y como hacerlo.
Consagró todo tipo de
sacrificio en pos de su superación.
No tengo palabras para
definir a Mario Rivera como músico. Hay que
sentarse a escuchar sus trabajos y
dejar correr la imaginación, en pocos
minutos llegará a la conclusión de que
estamos delante de un músico de gran consagración.
Mario Rivera,
"un monstruo de músico", expresión muy normal que usamos al definir a
un bravo de verdad.
lo llegue' a ver en el Lehman College con Michael Camilo y eso fue mounstruoso. No hay palabras para describirlo, habia que verlo. Paz a sus restos Maestro!!!
ResponderEliminartube la oportunidad de conocer mario el ser humano comun fuera del esenario en el 1995 y era una persona del cual ser amigo era un pribilejio por gue no pasaba un minuto sin gue se aprendiera cada instante
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