Joseph Cáceres

Manuel Tejada: Estandarte de la genialidad creativa en los años 80’s

Por Juan Colón

Cuando se habla de la famosa época del merengue romántico tenemos que hablar de un extraordinario músico responsable de su embellecimiento.

Este músico es Manuel Tejada, responsable de comenzar a emplear los teclados en el merengue. Cuando decimos los teclados nos referimos al piano eléctrico con diversidad de sonidos, donde tocamos como violines, flautas, trompetas, efectos, y muchos atributos.
Voy a hablarles un poco de este versátil ejecutante y arreglista, que creo, sin temor a equivocarme, fue el pionero en el uso de las computadoras en el mundo de la música en nuestro país.
Con apenas 15 o dieciséis años Manuel incursiona en el mundo de los "jingles" para las emisoras y canales de televisivos con gran éxito. Se destaca como bajista primero que todo,  y luego como pianista.

Poco tiempo  más tarde, Tejada se convertiría en uno de los más grandes músicos populares de todos los tiempos.
Manuel incorpora la electrónica de manera científica y sistemática, mientras muchos de sus colegas arreglistas lo criticaban abiertamente, el público recibía con mucho entusiasmo las innovaciones que escuchaba.
No solo su fama se extendió  a nivel nacional, ha traspasado fronteras y logró un sello indiscutible de calidad. Productor para casi todos los artistas nuestros, y muchos internacionales, como Julio Iglesia, Olga Tañón, Ednita Nazario, por citar algunos.
Tiene su propio estudio de grabación, Midi-Lab Estudio, uno de los más profesionales y completos de nuestro países.

Su inclinación por la buena música viene por escuchar a los grandes del jazz de su época, Herbie Hancok, Chick Corea  y otros, de quienes adquirió gran influencia por sus grandes inquietudes para estudiarlos.

 Viajó a Estados Unidos y tomó clases con diferentes profesores. Alcanzó un gran equilibrio y se convirtió en muy poco tiempo en uno de nuestros ejecutantes de mejor preparación musical y también en lo relacionado con el mundo MIDI, o sea,  el ámbito de la música digital y sus aplicaciones.

Todo esto fue parte de la gran maquinaria de ideas que lo llevaron a la introducción y aplicación de los sonidos digitales al merengue.
Es el responsable de dos de los más exitosas producciones  de artistas del merengue romántico, de Alex Bueno y de Sergio Vargas. Con el primero, sucedió un fenómeno poco usual en el mundo del disco, todos los temas del álbum donde están Colegiala, Querida, Que cara más bonita, Quién te riza el pelo, Un mechón de tu cabello, fueron éxitos indiscutibles.

Igual rareza aconteció con Sergio y el álbum que contiene  La quiero a Morir, y otros, fueron éxito tras éxito. El responsable indiscutible: Manuel Tejada, como arreglista-productor.

Algo muy curioso y admirable al mismo tiempo, este genial músico, sin ser un pianista o bajista curtido en los combos de merengue, incursiona con gran impacto, y logra convertirse en el mayor productor de merengue de los últimos treinta años.

Realmente, no creo que la historia musical de la República Dominicana registre un productor de más éxito.
Su gran contribución al merengue lo constituye el estilo diferente de orquestarlo, lo que le dio ese color a la época romántica. Fue el responsable en un 75 por ciento de ese trascendental  cambio.

Sin embargo, no le resto méritos a otros grandes arreglistas, como Ramón Orlando, Sony Ovalles, Jaime Querol, Juan Valdez, Leo Pimentel, todos son buenísimos.
Manuel Tejada, sacó de forma habitual los jaleos del saxo y las trompetas también. Sus aportes los hizo extensivos al bajo y piano, sus dos instrumentos básicos.

Introdujo un poco mas de elementos del rock y del jazz, incluyendo agresivos fraseos para la trompeta en especial y una nueva modalidad en la forma de escribir los jaleos de saxofón.

Como bajista es un súper músico, y en rol de ejecutante del piano pianista también. Tejada es  un gran orgullo nuestro.
Manuel logró crear una revolución dentro del merengue que alcanzó a todos los arreglistas, quienes  de una forma u otra se vieron obligados a incursionar en el uso del teclado.

Mantuvo un carácter fuerte sobre las críticas que venían de parte de los arreglistas del momento y de los instrumentistas de estudio que grababan su música.

Sus complejidades en las líneas de las trompetas y los saxos conllevaron para Manuel Tejada por un tiempo muchos enfrentamientos con sus colegas músicos.

Pero el mayor problema consistía en  que las orquestas no tenían en vivo  la misma calidad que los discos, debido al alto profesionalismo que exigía grabar sus producciones  y a que nueve de cada 10 músicos de estudio no formaban parte de ninguna agrupación.

Indiscutiblemente la calidad del músico del salón de baile no era la misma y todavía persiste este problema.
Estos conflictos condujeron a que poco a poco  perdiera demanda la forma de orquestar de este gran músico, y ya a finales de los noventa las cosas dieron un gran giro, muy negativo para  el merengue.
En esta reseña no hemos abordado de manera profunda la capacidad de Tejada como instrumentista, que llega a la excelencia. Conocedor del jazz, bossa, latin jazz, baladas, rock, y otras modalidades.

Su capacidad musical no le permite hacer trabajos mediocres, motivados solo por dinero, ya que  es muy celoso con su sello de calidad.
Uno de los grandes baluartes de nuestra música, Manuel Tejada, por quién siento inmenso respeto y admiración, al tiempo que nos une una amistad entrañable.

 Cuando se escriba la historia del merengue contemporáneo este virtuoso tendrá un lugar especial, sin lugar a dudas.

Manuel Tejada es el principal protagonista del “romanticismo agresivo” (si se puede usar esta expresión) que caracteriza los arreglos de la música nuestra en el período comprendido desde 1982 al 2000.