domingo, 21 de octubre de 2012


Por Juan Colón
JUAN COLON
Una manera de definir el talento de modo simple, es: “Capacidad intelectual de una persona para aprender cosas con facilidad o para desarrollar con habilidad alguna actividad, con verdadero anhelo para desempeñar adecuadamente una función”.
En música la definimos de esta manera: “Tener condiciones naturales para ser músico”. ¿Por qué? Porque el músico no se hace, nace. Claro está, es preciso disciplinarse y prepararse.
El talento en sí, nos condiciona para tener mayor entendimiento sobre un área determinada de la vida. Existen diversidades de talentos.
Muchas personas creen que el ser inteligente y curioso es tener el talento suficiente para cualquier rama profesional.
La vida nos da a cada uno las herramientas necesarias para el desarrollo intelectual de nuestras vidas. Envidiar el talento ajeno es una falta de honestidad, integridad y dignidad como ser humano.
Un paso que debe dar todo el que quiera  aprender, es tratar de buscar orientación con personas capacitadas y ser abiertos a cualquier tipo de consejos.
Muchas veces, cuando buscamos orientación, no escuchamos lo que realmente  queremos, y nos da coraje cuando nos dicen todo lo contrario.
Por eso es tan importante ser honesto consigo mismo, es la mejor manera para lograr obtener mejores resultados.
Cuando se tiene talento, las habilidades para el desarrollo van apareciendo como por arte de magia. Todo comienza a desarrollarse a plenitud y permite un desarrollo balanceado.
El talento es el que te abre las puertas de la comprensión para asimilar todo lo que vas recibiendo. Muchas veces estudiar horas interminables no significa nada si no son aprovechadas a cabalidad.
En ese orden, existen muchos músicos que tocan un poco de cada instrumento pero a fin de cuentas no tocan ninguno, ya que carecen de base técnica para poder ejecutar uno de ellos a niveles profesionales.
Estudiar de una manera consistente por años va acompañado de una férrea disciplina. De no ser así, el esfuerzo sería en vano. Talento sin disciplina es igual a cero. Lo resumo de esa forma para expresarlo de una manera práctica.
Los grandes libros de estudios musicales requirieron años de elaboración para lograr un propósito determinado.
Escribir un libro sobre las transcripciones de determinado solista es un gran compromiso que requiere preparación, tenacidad, paciencia, coraje y amor hacia el solista.
Entendí que el mayor triunfo es cuando logras prepararte, que eres consciente de tus talentos y de como has podido desarrollarlos.
El problema es aceptar que muchas veces nuestros logros solo son percibidos por nosotros mismos y no obtenemos ningún tipo de estímulo en el orden económico.
El compararnos con otros, nos convierte en víctimas de nosotros mismos, porque minimizamos nuestro potencial y engrandecemos a niveles increíbles el talento ajeno.
Siendo honestos podemos sacar mejor provecho a nuestros potenciales.
El talento es que te conducirá, poco a poco, a donde te vas a destacar. Veamos: El hecho de estudiar armonía a niveles profesionales no te garantiza ser un arreglista de demanda popular.  Ser un extraordinario instrumentista no te garantiza ser un buen intérprete.
El talento te permite mirar más allá de tus narices y así las expectativas son mayores para el desarrollo. 
Cuando se es consciente de tener las condiciones (talento) para emprender un desafío de enormes proporciones, como lo es tocar bien un instrumento, saber lo que tenemos y para que lo tenemos nos ayuda a establecer planes de estudio.
Para lograr desarrollar nuestro talento se requiere determinación. Esta es la palabra clave para conquistar las metas que queremos alcanzar y aplicar su significado es definitivamente importante para lograr la realización del sueño tan deseado.
Recuerda que todo tiene que estar en la mente primero. En otras palabras, el mundo físico es consecuencia del mental, depende del grado de visualización, se exterioriza y da por resultado la realización de los sueños.
Si bien no todos tenemos la misma suerte para realizar nuestras aspiraciones en el tiempo calculado, y que a veces también parecemos estar en el lugar inadecuado a la hora incorrecta, por encima de todo, se puede lograr. El coraje debe ser mayor, pero es posible.
Hay una forma de ver a través del dolor, y puede ayudarnos en la búsqueda. Estar en la quietud del silencio hasta escuchar los latidos del corazón, el correr de la sangre por tus venas, escucharla como la corriente del río a su paso. Entrar al universo tuyo que a fin de cuenta es una miniatura del cosmo. El arquitecto es el mismo.

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