Joseph Cáceres

Una denuncia y una anécdota

La denuncia que hace la oficina que representa el cantante Alex Bueno de que es falsa la promoción que promotores y empresarios inescrupulosos están haciendo de supuestas actuaciones del artista en Nueva York y Venezuela, habla claro de por donde andan todavía las cosas.
Es un a práctica muy vieja, que se verifica de manera reiterada desde hace muchos años.
Se anuncian "shows" con artistas con los cuales no se ha hecho ningún contrato, en lugares distantes, como ciudades de Estados Unidos, Suramérica y Europa, y luego de cobrar dinero por venta de contratos y de entrada, los delincuentes promotores y empresarios desaparecen, no sin antes culpar al artista por el incumplimiento.
Imagínense, en el caso de un Alex Bueno, con una trayectoria pletórica de incidentes y problemas, pero que ha trabajado para recuperarse, es muy fácil echarle la culpa y hacer creer que ha sido el responsable del delito.
Bien hacen los manejadores del artista con salir a tiempo al infundio.
La práctica es muy usual en conciertos, espectáculos de tarimas, donde siempre se agregan grupos musicales y artistas con los cuales ni siquiera han hablado.
Hacen la propaganda con un cartel de atracciones donde incluyen artistas que de antemano se sabe que no estarán, pero que sirven al propósito de atraer la gente al evento, y conseguir más apoyo de auspiciadores.
Así actúan los bandidos de nuevo cuño, que a diferencia de los que en el viejo Oeste asaltaban la diligencia de la West Fargo tapándola con una pañuelo, los de ahora son tan desvergonzados que todo el mundo quienes son, porque sus nombres salen a relucir en muchas denuncias.
Hasta con artistas extranjeras usan el truco de anunciarlos sin tener ningún contrato.
Lo hacen para conseguir patrocinio, y si encuentra quien  auspicie entonces se lanzan a tratar de contratarlo.
En la mayoría de los casos las grandes figuras internacionales cuando incluyen en una gira a un país, procuran primero depurar al contratante, sobre todo si no es muy conocido.
Es raro que alguien que no tenga tradición, prestigio y buena imagen pueda contratar a una gran figura internacional, porque las oficinas que los representan no se arriesgan.
Puede ofrecer todo el dinero del mundo, pero en el "showbusiness" no todo es eso.
De no hacerlo así, se arriesgarían a trabajar para un narcotraficante, sin saberlo, de esos que para lavar dinero pagan lo que sea, aunque ni siquiera recuperen la inversión y tengan pérdidas, porque de eso se trata.
Claro está, depende del artistas, porque aquí en los ochenta muchos fueron los que viajaron a Colombia, hasta en jet privado, y no les importó nunca la procedencia del dinero. Eso si, se ganaban como se dice, 'la paca".
Los artistas extranjeros que se respetan se preocupan hasta de si quien lo contrata les asegura público en su actuación.
Es muy triste que un artista se gane 200 mil dólares en un "show" de tarima para el que se le ha contratato, y tener que actuar en un recinto casi vacío, porque la promoción, la fecha, la estrategia y el manejo del contratante no haya sido el adecuado. Y su imagen vale más que esos 200 mil dólares. Eso y más hay que gastar para hacer una imagen, y  estaría fuerte eso de caer entonces en que le paguen esa suma a cambio de perder su estima como figura popular.
Más aún en un medio morboso donde la gente siempre  está apostanto al fracaso para decirlo a todo el mundo...

Por cierto, hay una anécdota  que se cuenta mucho en el medio a propósito de Quirino, el narcotraficante extradictado a los Estados Unidos, y un conocido bachatero que le tocó una vez un baile.
Quirino se preciaba de humillar a la gente con fama de orgullosa.
Le dio un cheque en blanco a un bachatero para que le tocara un cumpleaños.
Cuando el bachatero fue a su finca a tocarle la fiesta cobrando una millonada, se encontró con que quien cumplía año era una vaca.
Una de las vacas de raza que tenía el narco en su finca que era "señorita", y el bachatero tuvo que sufrir la humillación de amenizar la fiesta vacuna. ¡Un artista tan orgulloso y comparón!.
Pero no hubo de otra....Imaginense, Quirino era un poder, y era ¡guardia¡...Además de que el artista ya había cobrado su saco e' cuartos.