Joseph Cáceres

En estos días se escuchó a Zoila Luna emprendiéndola en su programa radial en contra de un pelotero que manejaba un flamante Roll Royce descapotado, con el que coincidió en una intersección. Le criticó el hecho de que alcanzó a ver que tenía colgado en su espejo retrovisor tres "pinitos" aromáticos, de los que venden en los autoadornos, lo cual se considera un verdadero "sacrilegio" cuando se les enganchan a un automóvil costoso o de lujo.
Y es que los famosos pinitos, sin ellos quererlo,  han entrado en la categoría de artículos despreciables que abaratan la categoría  de cualquier vehículo caro, así como la imagen del dueño.
La mala fama se la han ganado los pinitos porque son muy  usados  en los carros de pobres, entre ellos taxistas y del servicio público. 
Hasta en los carros, señores,  se manejan códigos similares a los de la gente que por un tema de prestigio y distinción usa perfumes caros y finos, y el mismo rigor de categoría la extienden al automóvil.
Vivimos en un medio permeado por leyes y reglas impuestas por el mercadeo de imágen, la cosmética, la estética y los implantes sociales
Así es que si usted tiene un pinito en su carro, aunque no sea de lujo,  puede que usted lo use porque huele bien...Pero a los "chics" del medio, a nada le huele, y dicen que se ve mal...

Se han codificado cosas que no se les deben poner a los carros de lujo, pues se considera que le quitan categoría.
Por ejemplo ponerle a un Mercedes spoiler, a menos que no sea una versión deportiva. Son despreciables los parachoques, luces de neón, bombillitos que encienden y apagan, muñequitos de esos que cuelgan de un elástico amarrado en el espejo retrovisor, letreros como el que tenía Cheché Abreu en el cristal trasero de su LTD negro que decía "Llegó la Negra Pola", la placa con un caballo que tenía el Cadillac Dorado de Johnny Ventura en los setenta, que luego se lo regaló a Pepe Caraballo (le regaló fue un problema con esos ocho cilindros).
De igual manera se considera de mal gusto ponerle a un carro de lujo una bocina de camión o de las que imitan temas musicales como el de La Cucaracha.
Un carro de lujo también se abarata cuando se le instala un estridente equipo de música con grandes bocinas colocadas en el baúl, pues se supone que le basta con el que trajo de fábrica, por lo general de muy buena marca.
Se considera que un Mercedes es un carro de "estirpe", que vale por si solo, y al que no hay que ponerle adornos.
Se ha determinado que quienes más dañan y abaratan carros de lujo son los peloteros de Grandes Ligas, también un sector de los dominicanyork, (especialmente los "cadenuses")  y por supuesto los nuevos ricos.
Gente que ha logrado  dinero, pero que carece de buena educación en cuanto al gusto, por lo que permanentemente tratan de llamar la atención y hacer ostentación  de riquezas materiales, tratando de alguna manera de sepultar su origen humilde.