Joseph Cáceres

En navidades anteriores  habían orquestas que hablaban de que la cantidad de bailes  habían disminuido, partiendo de su realidad.
Ello así porque mientras se quejaban de que no lograban tocar el número de bailes que esperaban, orquestas como la de Héctor Acosta  y Los Rosario, por solo citar dos casos, no daban abasto con la demanda y la cantidad de compromisos que tenían.
El Torito en navidades anteriores acumulaba hasta 60 bailes.
Este año si que no hay manera de negar la situación, porque si que se puede considerar verdadera, no inventada por orquestas para justificar su ineficiencia y falta de venta.
Este año el Torito contabiliza unos 35 bailes, en parte debido a la situación que todos conocemos, como también por el hecho de que Héctor ha abandonado la practica de que su oficina acepte tres actividades en un mismo día, como antes sucedía.
Un caso de igual manera patético es el de Fernando Villalona, que según un itinerario publicado para el mes de diciembre en una página de internet, rondaba los 20 bailes, algo impensable en otros tiempos.
Dicen que "mal de muchos, consuelo de tontos", pero si eso está sucediendo con las orquestas establecidas, más populares y de mayor demanda, ya se pueden imaginar el panorama para los merengueros "chiquitos", como se dice popularmente.
La realidad y la situación golpea a los lugares de diversión, algunos de los cuales, son más bulto que otra cosa.
Pero también a los grupos musicales, que tienen que conformarse con lo que hay.
Sobre todo con la mentalidad prevaleciente en tiempos de crisis, de que la diversión y el entretenimiento no es algo necesario, y son de las cosas que se puede prescindir.
Y aunque esta creencia se fundamenta en criterios que tienen lógica, de ninguna manera se puede negar  el hecho de que hay quienes para guardar apariencias se recuestan en los recortes de fiestecitas y bailecitos, para hacer creer que están en un plan de economía y austeridad, cuando el derroche y el gasto excesivo andan "cojos" por otro camino. Cojos, pero andan....