Joseph Cáceres

¡Joder! , venir una al lar nativo con la ilusa intención de pasar navidad, alejado de la chamba. Ocho horas de vuelo, hasta llegar a un aeródromo super atiborrado de gente, y tener que soltar pasta para que te rescaten la maleta, pues de lo contrario te mueres en el terminal esperando tu equipaje, vale. Y  entonces a riesgo de algún asalto en el trayecto llegar a tu querida morada paterna, y cuando quereis apostar a un poco de solaz, te chocan frontalmente con la chorrada y las bobalicadas de siempre. 
Sin  animo de molar, Dios me libre, pero venir uno de un ambiente secular sano, de andar tomando carajillos, infusiones para el frío y los trifásicos, para que te pongan de inmediato como si fueras un muñeco de cuaresma, y te levanten caloñas. ¡De puta madre la coña!. ¡Qué chabaza que rinde!
Abres la prensa en busca de algo interesante, para encontrarte con la mierda de como fue que los "famosos" dominicanos pasaron las navidades o van a esperar el año nuevo, que no es más que un  patrón trasegado de la prensa rosa de otros lados, como si aquí fuera algo importante y relevante. Uf, pantunflas y pijamas. No más.
Si quereis divertirte, las mismas propuestas de siempre, vale. Pagar miles de pesos de admisión en una cena y fiesta de hotel para encontrar  la rutina de orquestas  archirequetebailadas en los lunes de Jet Set. 

No en vano Jochy Santos dice que todos los años las navidades son la misma pela. La misma tarima insufrible en el malecón, en un show con orquestas y grupejos que tienen a todo el mundo ajito de tanto verlos en la tele. Ni  que fuereis una atorrante, pudiereis soportar tanta estulticia.
Uff, la radio, la dichosa radio,  si no tuviere mi I-pod bien cargado, bien mal que me iría
Amigos que me han visto sofocada me han dicho: "Carmen, no hay necesidad de atofarte, a lo que tengo que responderles que muchos de vosotros estais celebrando la navidad más bien por incercia, pero cuando gente como yo ha tenido que ahuecar el ala, traspasando un continente, justo no es que al llegar aquí tenga que soportar la zoquetada de que Betty Gerónimo tiene un embarazo de dos meses, o que un famoso para celebrar sus navidades se tiró un pedo.
Por Dios, somos dignos de otro trato, aunque sea por una vez solamente, y no para siempre.
Feliz año nuevo para todos, pero no lo convirtais en una coña.
Y a los chungos que no les gusto, os digo, que el casticismo con el que me expreso forma parte de una cultura e ideología que viene de buena casta,  que hace tiempo que tengo mi chopín puesto, y lo más que puedo deciros es que deseo les entre el año nuevo sin que los encuentre muy podridos, ostia.

Y sepan bien que no me voy a llevar de lo que digan los bambarrías, menguados, zampaportas, chirrichotes, rudos, zamacucos, papanatas, tolondros, ciruelos, zotes, mamacallos, mamelucos, majaderos, zopencos, mastuerzos, borricos, tontos, necios, obtusos, imbéciles, mentecatos, idiotas, torpes, lelos. Si algunos de vosotros querían palabras que os definan, pues ahí las tenéis.

Sepan que no pienso hacer caso a la tontuelidad inconsciente que medra entre los comentaristas de esta página.

Perdonadme los inocentes que ofendí, vamos, pues hombre, pero en lo que paladeáis este cocido madrileño os  
dejo aquí debajo mi tarjeta navideña para toda esta gente. ¡Púdranse!.