LECTURAS SABATINAS

A montar caballitos...

Con el triunfo de la revolución en Cuba, una de las primeras medidas que se adoptaron fue prohibir la prostitución en la isla, que había alcanzado niveles alarmantes a a finales de los años 50.

Fueron clausurados los prostíbulos y las zonas de tolencia.

La mujer cubana fue incentivada para dedicarse a las tareas de producción y al trabajo a la par con el hombre, al estudio, con una amplia apertura en la univesidad, y durante 20 años se desarrolló una labor sostenida, que le permitió alcanzar niveles profesionales  ampliamente valorables.

Sin embargo, a partir de los años 80 las cosas comenzaron a variar, y la prostitución de manera paulatina empezó nuevamente a emerger, aunque tímidamente.

Qué propiciaba el resurgimiento de un mal social que la revolución había desterrado?. La llegada de los hoteleros españoles, con la inversión en infraestructura turística, que trajo consigo una demanda insatisfecha, pues la industria del turismo va de la mano con el turismo sexual, algo difícil de evitar, por la misma naturaleza humana.

Sólo hay que ver los recintos de servicios sexuales que hay aquí en Puerto Plata y en Bávaro, algunos que se manejan discretamente, y otros de manera abierta. Cualquiera se asombraría de la cantidad de mujeres que se van a ejercer a esos lugares.

Pero volviendo a Cuba, hubo una época en que se puso de moda el realizar viajes hacia La Habana y Santiago de Cuba en busca de diversión con las mujeres cubanas.

En los años 90 había locutores, periodistas, empresarios artísticos que viajaban en grupo a Cuba a divertirse con las jineteras, como les llaman allí a las prostitutas, en una época de estrechez, en que el más viejo oficio se ejercía con mucho disimulo.

Las mujeres se contentaban a veces con el regalo de un jean, una blusa un juego de panties, pasta dental, y otros productos de consumo y de higiene de los cuales algunos amigos se llevaban maletas llenas.

Una manera hábil de disfrazar las operaciones, evitando el pago en efectivo, prefiriendo recibirlo en especies, a manera de intercambio.

Eso era como ya hemos dicho en los años 90 porque ahora la situación es muy diferente, conforme al testimonio  de quienes en estos tiempos han vuelto a las viejas andanzas.

Un amigo, al cual sólo vamos a identificar como El Chino, estuvo jangueando en Cuba, y refiere que la apertura hacia la prostitución  a su modo de ver está veladamente controlada por el gobierno.

Dice que las mujeres se consiguen por internet, en contacto en los hoteles, pero que el principal lugar de acopio es la discoteca El Tunel, donde los turistas obtienen lo que quieren, sin problema alguno. Como también en las calles y en el malecón habanero.

En el malecón de La Habana

De aquellos rigores prohibitivos de la revolución nada queda. Ni siquiera las apariencias, aunque el régimen insiste a veces en querer "tapar el sol con un dedo".

Definitivamente uno de los efectos indeseados del turismo, que provoca y arrastra ese otro mercado, desenterrando un espejo roto en el que a la gente de la revolución no le gustaría mirarse.

Al final se ha impuesto el denominado oficio más antiguo del mundo...

Por cierto, un oficio hoy día rentable, porque si bien es cierto que se manejan tarifas que van desde los 35 a 80 dólares, según nos cuenta nuestro amigo El Chino, casi le da un desmayo cuando una jinetera considera de "más clase", en un sistema donde no deben haber esas divisiones,  le giró por 175 dólares en un "especial".

El pobre Chino pensaba que estaba todavía en la época en que las mujeres cubanas se contentaban con el regalo de un jean o un pantie.