martes, 5 de febrero de 2013



Por Juan Colón

A partir de los años hemos visto innumerables artistas que se han hecho millonarios en base a su trabajo de cantar merengue, y eso es válido porque se han fajado para lograrlo y se sienten realizados a nivel económico.

Estos exponentes con todo derecho siguen el camino de enriquecerse porque con inteligencia y en base al mercadeo de sus figuras han conseguido fama y fortuna. 

Lo triste de todo esto es que nuestras academias de música en los diferentes pueblos de país tienen tantas precariedades, que van desde sus instalaciones y materiales didácticos hasta los instrumento de cualquier sesión y cada día será peor porque nunca ha existido ni existirá presupuesto para estas escuelas.

Todas estas academias de música dependen de los ayuntamientos, hoy llamados alcaldías,  que apenas les otorgan un vergonzoso salario a sus músicos.

Ahora bien, simples interrogantes llegan a mi mente ¿ Es tan difícil unirse y crear un fondo de ayuda para las academias del país?

¿Por qué los artistas, directores de orquesta con grandes fortunas son tan indiferentes ante esta situación, si al fin y al cabo requieren de los servicios de los músicos, hombres y mujeres que deben formarse adecuadamente en esos centros?
¿Es justo ayudar a esas instituciones las cuales van a terminar desapareciendo de nuestros pueblos?

De ahí salen esos héroes anónimos del merengue, también olvidados por aquellos compañeros que gracias a Dios y sus esfuerzos cumulan bienes; pero han olvidado que detrás existen cientos de jóvenes que anhelan tener un instrumento para practicar y buscar los sueños forjados.

Escribimos esto como un llamado, un grito de auxilio a favor de nuestra clase juvenil que busca con ahínco y tenacidad sus sueños, muchas veces tomando instrumentos prestados para estudiar.

No buscamos nada personal, gracias a Dios trabajamos y vivimos con dignidad, ni pretendemos recibir nada, mucho menos ser tomados en cuenta por alguien. 

Solo si logramos detenernos un segundo y mirar que así como logramos nuestros sueños, estos también estuvieron llenos de precariedades, un gran ejemplo: Tavito Vásquez, una verdadera gloria del saxofón, tuvo muchos años de grandes privaciones y muchos se enriquecieron en base a su inmenso talen, más, ¿Cómo murió este gigante nuestro? Su historia como otras es desgarradora.

Solo mediten un minuto en silencio en sus casas, es lo único que les pido a los líderes nuestros. Producto de una pequeñita ayuda de parte de todos, el mundo sería diferente para nuestra juventud musical. No esperemos que otros lo hagan.

Por nuestra idiosincrasia, no es costumbre dar a cambio de nada, devolver algo de lo que la vida te ha dado, pero créanme, no mermarán sus fortunas. Con solo un pequeño aporte  sería suficiente para ayudar a realizar el sueño de un jovencito que podría ser un Tavito Vásquez, Michael Camilo o Juan Luis Guerra.

Hay jóvenes con enorme talento, no dejemos que se rompan sus sueños, aportemos para ayudar a mantener esos centros de enseñanza musical. Ellos esperan en silencio por ustedes.

2 comentarios:

  1. Tantos millones que se han filtrado en los diferentes goviernos, no ayudan a la juventud y después no quieren delincuencia por eso es que el pais se está cayendo a pedazo y el diablo está repartiendo fuete las 24 horas, que le rueguen a Dios que no venga un tsunami de castigo que es lo que siempre pasa cuando los paises están cargado de gente insensible.
    "Atte. A Calzón Quitao"

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  2. Apoyo la iniciativa del Maestro Colon.
    Solo hay que ver en las condiciones que opera la academia de musica de Hato Mayor por mencionar un ejemplo. Tantos buenos musicos que ha dado.
    Y asi como esa, estan todas.
    Si no se ayuda al talento joven que es de donde se nutren los dueños de orquestas, de donde pretenden en un futuro sacar musicos?
    Tambien es una forma de enfrentar la delincuencia, a los jovenes hay que entretenerlos con cosas que los instruyan, musica, competencias deportivas y cosas por el estilo para acabar con la vagancia y el que sigan en las esquinas chequeando a quien le van a robar la cadena o el celular.

    Elver Dugo

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