Joseph Cáceres

Los que más protestan cuando  se producen apagones, y lo hacen de manera violenta, lanzando obstáculos, piedras, y dañando propiedades públicas y privadas, son los que nunca pagan la luz.

Los padres más celosos de sus hijas, que no les permiten ni salir a la esquina, y les ahuyentan a los enamorados, a todos sin distinción, son aquellos que han sido, y quizás todavía son, los más mujeriegos, bohemios, parranderos y botarates, que no pueden nunca predicar con el ejemplo.

Los ciudadanos que más critican la falta de recogida de basura, son los que no la pagan. Los que no se rigen por regla alguna de urbanidad, y lanzan los desperdicios por todas partes.

Los agentes de la policía más represivos, que abusan de los ciudadanos, que no perdonan, ni “dejan pasar una”, que aparentan ser muy celosos del cumplimiento de las leyes, son a veces los corruptos, los que están ligados a las detrestables acciones inmorales.

Los fiscales y funcionarios judiciales  que con mayor rigor combaten la prostitución, sin reparar en las causas que muchas veces la provocan, y que en vez de procurar la implementación de acciones de rescate a muchas mujeres descarriadas, son los que a veces hacen fiestas con muchachas pre-pagadas en apartamentos y se convierten en “templos” de ciertas megadivas y presentadoras de televisión.

Los curas y los pastores que con mayor rigor condenan la lujuria, la fornicación, y el pecado de no desear la mujer de tu prójimo, en muchos casos son aquellos que detrás del telón del teatro de la simulación, más mujeres “fieles”, que son “infieles” sonsacan y someten a sus caprichos, cobijándose detrás  de “la palabra”.

Pero yendo al lado nuestro, a la crónica de arte, porque no podemos dejar de también darle su “salsa”. Los directivos de Acroarte que  en las asambleas de los premios le piden a los miembros que hacen relaciones públicas que salgan de la sala, para no contaminar el proceso, son los primeros que deberían de ausentarse, por la cantidad de artistas que manejan a través de testaferros.

Los que más claman porque si hay una avería no les llega el agua a la casa, son aquellos que nunca han pasado por la oficina de pago de la CASD.

Los que más “negrean” a la gente diciendo “tenía que ser un maldito negro”, son más prietos que la noche.

Las mujeres que más presumen de su honor, de su abolengo y de su estirpe de familia, son las más impostoras, las que se descarrilan con el chofer, el jardinero o el guardián de la casa, mientras el jefe anda de viajes de negocios.

Los políticos que en campaña más acuden a los barrios marginados, y se retratan besando viejas sin dientes, y cargando muchachitos desnudos, son los que luego, cuando ganan, hay que hacer un viacrucis, una procesión y una hora santa para verlos en su oficina o en el palacio.

Y qué ocurre con ciertos empresarios muy dadivosos, que hacen obras benéficas, y atienden  todos los problemas de la gente de la comunidad, siempre muy serviciales, atentos, humanitarios, gente de bien, hasta cristianos.... ¡Llévatelo Cundo!